Marketing emocional

El Atleti anunció en Twitter la renovación del Cholo a las 19:03 en punto. No fue casualidad. La hora se escogió con toda la intención, como se planean esas cosas que pretendemos disfrazar de pequeños detalles cuando, en realidad, significan mucho más. Aunque pueda parecerlo, ese guiño no es el gesto cómplice del community manager del turno de tarde. Forma parte de la nueva estrategia con la que el club quiere acortar distancias con la hinchada. Supongo que las heridas del año pasado, aun teniendo ya cicatriz, se ven todavía cercanas en el tiempo.

Por eso asistimos en los últimos tiempos a una suerte de campaña de marketing emocional. Cositas que no tienen precio para el club, por su coste cero, ni para el hincha, por su valor sentimental e intransferible. El hallazgo inesperado de vida inteligente en las oficinas del Metropolitano es una gran noticia para todos. Algún tipo misterioso ahí dentro debe llevar un tiempo haciendo las veces de mediador. Solo así se explican las buenas decisiones de carácter social que se han tomado en los últimos meses. Porque aceptar un referéndum para decidir la vuelta del escudo entre todos es solo la culminación de un inquietante proceso de acercamiento a la afición.

Pero hay más. Por primera vez desde que tenemos uso de razón vimos a Gil Marín defender al equipo ante el acoso arbitral. Y reiterarse cuando fue necesario, como si le importase el fútbol. En nuestro 120 aniversario jugamos con el uniforme azul y blanco y el escudo fundacional. Después se puso la equipación a la venta, como la gente quería. Hace un par de semanas, en Glasgow, vestimos como en 1974. Y el martes se invitó a los héroes de aquella eliminatoria histórica contra el Celtic para rendirles homenaje. Son gestos tontos y baratos, impensables hace no mucho, y precisos para esa felicidad cortoplacista que sirve de placebo a los títulos.

En realidad, la afición del Atleti es facilona. Basta con no tocarle sus símbolos y emblemas, algo que la familia Gil nunca quiso entender. Por eso ahora sorprende (e inquieta) esta transformación de voluntades. No estaba en el guión. Hasta tenemos una camiseta con franjas rojas y blancas; sin manchurrones, sin estrías, sin líneas torcidas. Uno que tiende a malpensar porque no se puede luchar contra treinta años de artificios, ya está presumiendo el subidón de la cuota de abonos para el próximo año. Espero que al menos lo anuncien a las 19:03 de la tarde.

Autor: Dani Sanabria

Periodista de Mundo Deportivo. Social Media Manager. Especialista en running y trail running.

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