Un Atleti indescifrable
Decía Nacho Palencia hace unos días que no sabe cómo analizar a este Atleti. Y no me pude sentir más identificado. Hasta hace un par de semanas éramos el mejor equipo de Europa en casa y uno de los peores fuera. Con el Cádiz hicimos un partido dramático y cuatro días después eliminamos al imbatible Inter de Milán. Tiene tan poco sentido que cualquier análisis racional presenta fisuras. Los mismos futbolistas que tumban al Inter y al...
Lo de Saúl
El autoengaño es un ejercicio de negación de la realidad con el que pretendemos escapar de situaciones amenazantes. Es humano recurrir a este proceso en según qué circunstancias, por ejemplo cuando estamos mal en pareja y queremos ahorrarnos el trauma de la separación. Fingimos que todo va bien y seguimos. Es como una anestesia cortoplacista que alivia hoy pero duele más mañana. Y eso es un problema, claro. Porque el mañana siempre...
Correa, el error que no podemos cometer
Dice un proverbio de estos modernos que no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Puede ser, pero yo me inclino más por esa insana costumbre del ser humano de querer en cada momento justamente lo que no tiene. Por naturaleza, somos caprichosos e inconformistas. Y por eso un día creímos que era un movimiento magistral cambiar a Raúl García por Vietto. No hace falta recordar el final de la historia, estuvimos años lamentando...
Ganaremos en San Mamés
Soy de los que piensa que el halago debilita. Por eso, aunque sea mediante un ejercicio de autoengaño, es mejor convencerse de que necesitas mejorar a creer que ya estás al nivel y relajarte. Porque es entonces cuando las cosas empiezan a torcerse, aunque seas Nach. El mecanismo es aplicable a cualquier empeño. Tras el partido en el Camp Nou llegó Michel a la sala de prensa y dijo que el Girona ya estaba salvado. Se escucharon risas....
La reflexión de un pesimista sobre Carrasco, Riquelme y Lino
Lo confieso sin tapujos: soy pesimista profesional. Si pensar que todo lo que puede salir mal va a salir mal estuviese remunerado, me ganaría el jornal destruyendo mis propias ilusiones. No necesitaría el periodismo. Por eso cuando me enteré en verano de la marcha de Carrasco me hizo tanta ilusión como cenar brócoli un viernes. Mis amigos, optimistas de mierda, trataban de convencerme. Que Carrasco ya ha hecho aquí todo lo que tenía...