El Athletic Club visitará por primera vez el Estadio Metropolitano este domingo. Para los románticos del balompié, no es un partido más. El simbolismo de ver al cuadro bilbaíno debutando en el feudo del Atlético trasciende por encima de la Historia. Y es que se trata del estreno de papá en el templo de su hijo. Un papá que hace cuatro años ya dio el pistoletazo de salida a su nuevo San Mamés en septiembre de 2013 derrotando al Celta de Vigo por 3-2. Una Nueva Catedral que, en su primer año, se mantuvo inexpugnable hasta ser asaltada… por el Atlético. Tanto en la Copa como en la Liga.
Papá siempre tuvo un hijo muy rebelde, aunque el destino siempre los llevó unidos de la mano. El 26 de abril de 1903, un grupo de estudiantes vizcaínos de la Escuela Especial de Ingenieros de Minas fundaron la sucursal del Athletic Club en Madrid. De su homólogo bilbaíno heredaron su escudo, sus colores blanquiazules y sus estatutos. Rápidamente, los colores de ambos conjuntos cambiarían al rojiblanco cuando Elourdy, directivo del Athletic Club, viajó a Londres para comprar camisetas al Blackburn Rovers y, ante la falta de prendas para satisfacer su demanda, adquirió las rojiblancas del Southampton.
Pese a que en 1921 el Athletic de Madrid se desvinculó de forma definitiva del de Bilbao, no se entiende la historia del cuadro madrileño sin sus clásicos frente al Athletic Club. Dos fueron de lo más emblemáticos en la historia del conjunto colchonero. El primero se dio en la gélida noche del 7 de mayo de 1966. El Atlético de Madrid se imponía por 1-0 al Athletic Club en la ida de los cuartos de final de la Copa del Generalísimo. El tanto lo había anotado Cardona a pase de Enrique Collar. Fue la última vez. La última vez que una marea rojiblanca descendía por Reina Victoria. La última vez que la Gradona se abarrotaba de gente. La última vez que padres e hijos se subían a los coches en el Tendido de los Sastres. La última vez del viejo Metropolitano. El puro, el de siempre.
Lo mismo ocurriría medio siglo más tarde. Madrid, 21 de mayo de 2017. El Atlético derrotaba al Athletic Club por 3-1 con dos goles de Fernando Torres y uno de Ángel Correa. Aquella tarde capitalina, mucho más reciente, respiraba también un aroma a despedida. El Paseo de los Melancólicos se volvió más triste que nunca. El Manzanares perdía un pedacito de su alma. Adiós al Vicente Calderón, al templo de todos los atléticos. Y allí, en medio de ese mar de lágrimas, se hallaba el Athletic. Bajo la mirada de Raúl García, papá contemplaba cómo su hijo se hacía cada vez más grande. Aunque, por desgracia, si algo nunca aprendió su primogénito de él, es el respeto por las tradiciones. Por la historia, por el escudo, por la camiseta. Si todavía queda un club que respete su idiosincrasia por encima de los valores del mercado, ese es el Athletic. Guste más o menos, esa devoción por su identidad es algo que este autor se resigna a admirar.
Si el lector todavía no se ha convencido de lo extraordinario de un Atlético-Athletic, tan solo debe echarle un vistazo a las estadísticas. Madrileños y vascos se han cruzado un total de 187 veces, lo que lo convierte en uno de los grandes clásicos del fútbol español. Desde partidos de Liga hasta finales coperas y europeas, la rivalidad entre padres e hijo ha dejado capítulos imborrables en la retina de los aficionados rojiblancos. Quién no recuerda la final de la sexta Copa del Rey en 1985, cuando un doblete de Hugo Sánchez en el Santiago Bernabéu tumbaba al Athletic de los Zubizarreta, Goicoechea y los hermanos Salinas. Mucho más reciente es la final de la Europa League de 2012, cuando una exhibición de Radamel Falcao borró por completo a los leones del Arena Nacional de Bucarest. Aquel título, tan aclamado por los colchoneros, sería el inicio de la gloriosa etapa de Diego Pablo Simeone en el banquillo del Atlético.
Tampoco son pocos los jugadores que marcaron una época vistiendo ambas zamarras rojiblancas. Desde Ramón de la Fuente Leal, hasta catorce jugadores más portaron los escudos de Atlético y Athletic. Algunos de ellos son historia del balompié nacional. Nombres como Javier Irureta, Andoni Goicoechea, Julio Salinas, Pizo Gómez, Santi Ezquerro, Daniel Aranzubia o Raúl García forman parte de esa ilustre lista. ‘Rulo’, no estará esta tarde en el nuevo feudo colchonero, aunque a buen seguro su nombre resonará entre la parroquia atlética. La ausencia del navarro restará solemnidad a otro de los grandes momentos de la historia del Atlético: el bautizo del Athletic Club al nuevo Metropolitano. Papá vuelve a casa.
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