Una relación que va más allá del fútbol

Hace apenas unos meses, en plena telenovela portuguesa con Joao Felix de protagonista, algunos medios de comunicación y muchas personas decidieron darle el papel de antagonista a Simeone. Argumentaban que el argentino estaba acabando con la proyección de Joao, y que el portugués debía salir cuanto antes del Atleti. Nos querían hacer creer que era un entrenador injusto, que no daba oportunidades a la gente cuando se lo “merecía” y que no es un técnico que hiciera mejorar a sus jugadores. Palabras que, para los que hemos “mamado” del Cholo desde que cogió las riendas del equipo rojiblanco, sabemos que son completamente falsas, y ejemplo de ello es la relación entre Antoine Griezmann y Simeone.

Porque si nos preguntamos cuál es el jugador que más ha crecido y evolucionado con el argentino, creo que todos coincidiríamos diciendo que es Griezmann. Un jugador que llegó en 2015 como extremo, que le costó mucho entrar en la dinámica del equipo, pero que se fue ganando la confianza de Simeone con creces. Un futbolista que, con el paso de los años, se fue reconvirtiendo en primer y segundo delantero, acercándose cada vez más a la portería contraria, donde Simeone sabía que tendría un gran peligro.

Y qué voy a contar que no sepan. El “principito” ha marcado una época en el Atlético de Madrid, siendo, para muchos, el mejor futbolista que ha tenido Simeone bajo sus filas. Tuvo mucho peso en los títulos que ganó el club rojiblanco desde su llegada (Supercopa de España, Supercopa de Europa, Europa League y el mejor jugador de la temporada 15/16), siendo, por tanto, una de las grandes bajas que ha tenido el Atleti en los últimos años cuando se marchó al FC Barcelona.

En aquel entonces, la polémica fue tan grande que diría de poner la mano el fuego diciendo que nadie quería su regreso a tierras rojiblancas, pero me quemaría. Había una persona que soñaba cada día con su vuelta: Diego Pablo Simeone. Fue tal su deseo, que cuando hubo la oportunidad de repescarlo no se lo pensó dos veces y lo recibió con los brazos abiertos, a pesar de que tuviera que jugar inicialmente tan solo 30 minutos hasta que se solucionara los temas económicos con el club azulgrana. El tiempo le dio la razón a Simeone y Griezmann le devolvió la confianza. No solo se ha vuelto a ganar el cariño de la afición, sino que está a punto de convertirse en el máximo goleador de la historia del Atlético de Madrid superando a Luis Aragonés, una de las figuras más importantes del club. 

Porque sí, Simeone es un gran entrenador, que educa, mejora y evoluciona a los jugadores como Antoine Griezmann, que demuestran compromiso, esfuerzo, respeto e interés por triunfar en este gran club a pesar de las adversidades. Un ejemplo de que, en palabras de Simeone, “Si se cree y se trabaja, se puede”.

Autor: Nacho Martínez

Estudiante de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Granada. Redactor en páginas web como Diario UF, Granada CF Web o AtleticoSport, y actualmente hablando y opinando sobre el Atlético de Madrid en La Vida en Rojiblanco, Agente Libre y Esto es Atleti.

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