El partido frente al Getafe tuvo tantas cosas que resultará difíciles ordenarlas para conformar un partido que probablemente quede en la historia del club, aunque debiera haberlo hecho con un poquito menos de amargura. Tal vez lo más importante en una noche así, sobre todo cuando el tiempo recubra todo con su pátina y de la perspectiva que necesitan las cosas, sean los dos goles de Griezmann. El penalti que ajustó a la escuadra izquierda de Soria, que hacía su gol número 173 con la camiseta del club, y lo aupaba a un escalón que ocupaba desde hace muchos años Don Luis Aragonés, leyenda rojiblanca. El francés, pese a aquella lacerante marcha, reconfiguró la parábola del hijo pródigo y anoche se subió al cajón de Luis, pendiente de colocarse pronto, solo en la cima, en un lugar privilegiado y único.
Ese hecho, que fue particular, único y será recordado en el tiempo, no estuvo acompañado sin embargo de una noche de disfrute para los que celebraban en comunión con Griezmann. Porque también anoche el Atleti pudo haber batido otro récord, el de superar las veinte victorias consecutivas en casa, pero no lo hizo, porque el Getafe empató a tres de penalti en el minuto noventa y cinco y, claro, eso dejó a todos cariacontecidos, casi amargados, incapacitados para pensar casi en lo que Griezmann acababa de lograr.
El caso es que el Atleti además mereció el triunfo, porque se repuso de una manera meritoria a una temprana expulsión de Savic, en la que contribuyó en gran medida el colegiado, el señor Munuera Montero, que ha mandado a la caseta a seis jugadores colchoneros en veinte partidos que les ha dirigido: eso son buenos números para progresar en su carrera. Le sacó una amarilla tan temprana como ridícula e inexistente y eso debió condicionar a Savic, pero no lo hizo, y aquí viene la parte de irresponsabilidad del jugador, que dejó a sus compañeros con diez con una hora de partido por delante.
Pese a eso, al villano Munuera, al irresponsable Savic, el Atleti supo jugar su partido. Simeone sustituyó a Memphis, al que había dado la titularidad, y llevó a Riquelme a la derecha, dejando el carril zurdo para Lino, que estuvo muy tapado por el canterano. Por ahí vino el uno a cero, con una internada de Rorro, que sirvió una pelota para que Antoine, en la boca del nueve, fusilara a David Soria la borde del descanso.
En la reanudación, el Getafe se estiró y logró el empate con un gol de Borja Mayoral, ante una defensa bastante blandengue. Simeone metió a Morata y éste le respondió con un gran gol con de cabeza a centro de Llorente. El VAR tuvo que avisar al señor colegiado, que se había dejado sin pitar un penalti clamoroso a Hermoso y Griezmann igualó a Luis y puso el 3-1 en el marcador. Durante muchos minutos, todo parecía felicidad, la gente cantaba, los jugadores sonreían, conscientes de la noche histórica, pero todo se torció al final. Un gol de rebote de Óscar ante una defensa de nuevo muy flojita, y un penalti en el añadido que cometió Riquelme por mano con gran pesar, dieron al Getafe un punto y dejaron al Atleti sin récord de victorias y con una noche donde quedaba estropeado la enorme gesta del principito francés. Todavía quedará otro partido, el atrasado, antes de que acabe el año, pero la Liga se escurre en días como el de anoche, en la que la gente salía del estadio preguntándose, ¿qué clase de cartas fue la que tiró la gitana?
20 diciembre, 2023
Detesto a Savic desde que arruinó la única remontada que le íbamos a hacer al merengue en Champions. Solo tenía que pisar la línea de fondo y no moverse, pero cayó en el engaño de la finta del moro Benzema y le dejó pasar el balón por donde no cabía una bola de ping pong. Es un maldito gafe que no ha dejado de fastidiarnos con sus torpezas sin fin y su contrastada insolvencia. Todos los veranos espero que lo larguen, y no hay manera. Más que ilusionarme con el fichaje de alguno, deseo tener siempre la satisfacción de no volver a ver a esta calamidad. Me hago cruces al saber que Simeone es un tipo supersticioso y comprobar, sin embargo, que no se deshace de un tronco que cada vez que yerra, a lo que es tan proclive, sus groseros errores producen siempre resultados nefastos para el equipo. Para aumentar el sonrojo, creo que encima es uno de los capitanes. Es casi tan sangrante como ver en su día al cerdo de Alfaro vestir la rojiblanca por el antojo de Antic.
En aquella remontada abortada por el tarugo, jugaban también el extraordinario Griezmann y Saúl, cuando era bueno. Este chico merecería otro comentario aparte, pero no ne apetece cebarme más.
Gloria y honor a Antoine Griezmann. Fue el mejor jugador del mundial que ganó con su país, siendo atlético, porque ya era entonces el mejor jugador del mundo. También fue el mejor jugador en el pasado mundial de la infamia hasta la final, donde ni él ni su selección tuvieron su día hasta la segunda parte, cuando ya lo había cambiado Deschamps.
Además del don de la belleza, que todos sabemos que Antoine es un chico muy guapo, a mí me parece uno de los futbolistas más elegantes de movimientos, con y sin balón, del mundo. Y, sin duda, uno de los más inteligentes, como demostró en su masterclass de su mundial triunfador y decenas de veces con nosotros. Sigamos disfrutándole. Es un honor para cualquier jugador poder vestir de rojiblanco atlético, pero en este caso, es él quien nos honra llevando nuestra camiseta con tanta galanura, destreza, acierto y entusiasmo.
Y, a pesar del fastidio de la no victoria en el descuento, yo le reconozco los méritos al Getafe, por el que no siento ninguna simpatía, y a su entrenador, por el que sí la siento. Otro que lleva colgados sambenitos prejuiciosos haga lo que haga.
Felicidades Antoine.
21 diciembre, 2023
El áarbitro, estuvo mal, para los dos equipos. Veo que nadie habla del claro penalti que Hermoso hizo a La Taza. Y esso claro, perjidicó al Jetafe. No quiero ser el malo de la película, pero en estas páginas se pronunció con orgullo de no ser como elllos. Reconozcamos pues las ayudas arbitrales frente a los más pequeños.
21 diciembre, 2023
«Y esso claro, perjidicó al Jetafe» Dios… Para arrancarse los ojos.