Todos sabemos que a determinadas edades dos grandes fiestas seguidas es algo biológicamente incompatible, el desastre, la resaca complicada, horrible, que nos trae de vuelta las dudas en la vida, era la situación más probable, y así fue como el Barcelona pasó por el Metropolitano, dejando un reguero de víctimas, goleando con un tres a cero que por momentos hizo pensar en un desastre mayor, y metiendo el dedo en todas y cada una de las llagas que supuran en este Atleti que venía de vivir el miércoles una gran fiesta inesperada.
Simeone lo intentó, no obstante. Pensó que meter piernas frescas y juventud en el once podía acomodar el partido a la segunda parte, donde todo se terminaría por definir y él podría mover piezas con sus peones determinantes. Barrios y Riquelme al once, entró también Reinildo en la rotación, se quedaron afuera Koke y Griezmann, dos de los pilares por los que todo se sostiene. Lo cierto es que la primera parte no fue mala. El Atleti presionó arriba y dificultó que el Barcelona pudiera mostrarse, jugó permanentemente en campo rival y tuvo dos ocasiones muy claras, una de Barrios, que se fue lamiendo el poste después de una recuperación de De Paul en salida y otra de Morata, que recogió un rechace en el área y lo definió como lo haría el antinueve en el que a veces se transforma. El Barcelona no salía, la gente contenía las ganas de pitar a Joao porque apenas participaba, no tocaba la pelota. Hasta que en el cuarenta y dos, una jugada de toque fino y preciso, dio con un toque de interior del portugués en área pequeña para batir a Oblak. Así es este Atleti, falta de contundencia allí y aquí. Un tiro, un gol. Y a remar en contra.

Simeone metió a Griezmann y a Memphis nada más arrancar la segunda parte, no quiso esperar a más para provocar la reacción, pero Rodrigo De Paul se cargó todo atisbo de la misma. Nada más pitar Sánchez Martínez se granjeó una amarilla que iba a condicionarle, y en la siguiente jugada, le regaló a Lewandowski el cero a dos. Esa jugada hundió el ánimo, el aliento, acabó con todo. A partir de ahí el Barcelona jugó a placer, escondió la pelota al Atleti, fue vertical cuando quiso, puso en primer plano todas las vergüenzas defensivas de los de Simeone. En el sesenta y cinco Fermín, un jugador excelso pero bajito, remataba de cabeza en área pequeña un centro de Lewandowski, solo entre todos los defensas. Simeone metió a Koke y Correa y después a Saúl, pero ya no sucedió nada, excepto el miedo de que aquello acabase con una goleada más hiriente aún.
La derrota deja al equipo quinto, fuera de los puestos de Champions y encara una recta final donde la ilusión se mezcla con el miedo y las dudas. Nueve partidos con un calendario durísimo y la Champions de por medio.
18 marzo, 2024
Hola, recuerdo a Saúl cuando era muy jovencito salir llorando del campo porque habia perdido un balón y Simeone le quitó del campo.
De Paul contra el Inter en Italia regaló un gol y ayer otro, es decir, no en liga contra el Alavés o el Granada, en las ocasiones críticas en las que hay que estar ultra concentrado este la lía impunemente. Y digo impunemente porque no le pasa nada, sigue jugando tan tranquilo.
Bueno, mejor diré sigue en el campo porque lo que es jugar tampoco juega, de vez en cuando da un pase o recupera un balón, el resto del tiempo está regalando ocasiones o sin saber qué hacer con la pelota.
En fin… menos campeones del mundo y más sentir al atleti
18 marzo, 2024
Lo mismo le pasa a Nagúel Molina. No entiendo ccomo el Cholo les sigue poniendo. El Barsa da confianza a los chavales, y, ¡Ahí están! Eso que también tienen lesionados, a ani, Pedri, y entre otros, a ese lateral izquierdo, que no recuerdo como se llama.
En fin, que si los que tiene que estar, no están, hay que dar oportunidades a los jóvenes. En algunos casos lo harían mejor que los de siempre.
18 marzo, 2024
A ver a quién y por cuánto consiguen colocar al portuguesito. Acabo de comprobar que fue en oct del 21, o sea, hace bien poco, el partido de grupo de champions con el Liverpool, 2-3 aquí, con el jugadón de Félix y el golazo de Griezmann que era el empate a 2. Luego el arbitrucho ¡echó a Antoine! por una acción pelín peligrosa pero involuntaria, y acabó regalándole un penalti a Salah. Es impredecible esto del fútbol y chocante cómo se puede destrozar una trayectoria en nada de tiempo. Pero parece que el muy imbécil, que debe de tener unos 5 años más de contrato con el Atleti,y que debe de gastarse en asesores lo que yo en pedicura, no se ha enterado aún que el mesqueunafarsa donde le gustaría seguir jugando, no se gastará un céntimo, que no tiene, en ficharlo. Que se ha cerrado cualquier mercado de campanillas, y que lo único que le espera es un rosario de cesiones a la baja, o una vuelta a su Benfica a precio de saldo. A estas alturas, creo que su carrera nos importa lo mismo que la piscina con olas de la que hablan o la demolición, o no, del armatoste de hormigón,ex proyecto de complejo acuático olímpico, que tanto afea los aledaños del Metropplitano, y en el que nuestra exterminable castuza política enterró una soberana talegada de nuestros millones.
Hablando de trayectorias truncadas, cabría preguntarse qué demonios le ha pasado a Nahuel. De ser arma arrojadiza contra Simeone, a rehacerse como defensa, a meter más goles que cualquier lateral, y finalmente a ser una nulidad. Algún chistoso escribió que el mayor logro deportivo de Messi había sido hacer a Molina campeón del mundo. Incomprensible.
18 marzo, 2024
El Atleti ha perdido la esencia de aquello que le hizo subir y mantenerse en las alturas. Su poder defensivo.
Si un partido se atasca o si no hay efectividad en el ataque, como ayer, se empata a cero y todos a casa con ese punto y los jugadores con la moral alta por no encajar goles a esperar al próximo partido.
Este año, el rey del «unocerismo» se llevará la Liga y probablemente la Champions, pero claro, el «unocerismo» o el «cerocerismo» solo le está permitido a ese equipo.
18 marzo, 2024
Ah, y la merengada enfadadísima porque no le ganamos al fraude apalancado, como si tuviéramos que jugar pensando en ellos. Cuando nos les rascábamos un puntito durante 3 lustros pero sí plantábamos, a veces, cara a los catalanes, entonces no lloriqueaban. Pero si le llevan 8 puntos !!. Alejarse de la liga en
juveniles y perder también con el primer filial les ha causado indisposición.