Agotamiento a la vista

El Atleti dejó esa sensación de gesto torcido en el partido frente al Almería. Por un lado los puntos, siempre necesarios, en esta ocasión casi imprescindibles, habida cuenta de la trayectoria del rival, que no ha conseguido ganar todavía en la competición, y del pinchazo del Madrid, pero por otro, una sensación de agotamiento en la que el equipo terminó pidiendo la hora en un partido en el que nadie hubiera esperado ese final.

Arrancó el Atleti potente, dominador, llegando con facilidad. En seguida marcó Griezmann, pero el VAR lo anuló ridículamente, como tantas cosas que hace el VAR últimamente. Pero dio igual porque pronto Morata volvió a poner el primer gol en el marcador, con un golazo de delantero de altos quilates. Driblando dentro del área a un defensa y al portero. Siguió empujando el Atleti y en una jugada por la derecha Llorente apuró línea de fondo para servir un pase que Correa solo tuvo que empujar a la red. Era el minuto veinticinco y el Álmería, colista por méritos propios, hubiera sacaba una bandera pidiendo clemencia.

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Almeria’s Spanish defender #17 Alejandro Pozo (L) fights for the ball with Atletico Madrid’s Brazilian forward #12 Samuel Lino during the Spanish league football match between Club Atletico de Madrid and UD Almeria at the Metropolitano stadium in Madrid on December 10, 2023. (Photo by JAVIER SORIANO / AFP) (Photo by JAVIER SORIANO/AFP via Getty Images)

Todos hubieran apostado en ese momento por una goleada escandalosa, el partido estaba para ello, pero sorprendentemente lo que ocurrió no estaba en el imaginario de nadie. Ocurrió que el Atleti se fue del partido, al principio pareció relajación, excesiva. Simeone, vislumbrando lo que luego habría de venir, empezó a mover el banquillo. Metió a Saúl y a Memphis, luego a Riquelme, a Giménez y a Nahuel. Pero la relajación tornó en agotamiento. Para colmo de males llegó el gol del Almería, obra de Leo Baptistao y a partir de ahí el Atleti se mostró desconocido. Asustadizo, timorato, desubicado en su propio hogar. El Almería leyó a la perfección el tempo del partido y se lanzó con todo a por el empate.

En ese momento, el equipo que tan solo llevaba cuatro puntos parecía un avión en vuelo rasante, el que quiere pelear el título fue quien sacaba la bandera. Por suerte, estaba Oblak, que salvó los puntos en más de una ocasión con paradas prodigiosas. Al final, una histeria de no creer, el Atleti pidiendo la hora y el Almería tirando córner de manera desesperada. Tres puntos vitales, pero una lección muy severa para el exigente diciembre que espera.

Autor: José Luis Pineda

Colchonero. Finitista. Torrista. Nanaísta. Lector. Escribidor a ratos. Vivo en rojiblanco.

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