El autoengaño es un ejercicio de negación de la realidad con el que pretendemos escapar de situaciones amenazantes. Es humano recurrir a este proceso en según qué circunstancias, por ejemplo cuando estamos mal en pareja y queremos ahorrarnos el trauma de la separación. Fingimos que todo va bien y seguimos. Es como una anestesia cortoplacista que alivia hoy pero duele más mañana. Y eso es un problema, claro.
Porque el mañana siempre llega y la bola ha tenido tiempo de hacerse más grande. Y ya sabemos lo que significa tener un gusano devorando nuestra cabeza, abriéndose espacio entre inseguridades y miedos. Se hace grande cada día y tú más y más pequeño. Por eso el autoengaño no es un recurso recomendable en ninguna situación. Y aunque abrir los ojos duela, es necesario.
Saúl sabe que desde hace tiempo sufre problemas de ansiedad cuando juega al fútbol. Una suerte de depresión que le impide parecerse al futbolista que fue y que le atenaza bloqueando sus capacidades. Ya son muchos años y la solución no parece cercana. Por eso el miércoles, mientras todos celebrábamos el pase a cuartos, él se abría en canal en redes sociales. No era el mejor momento ni el mejor lugar. Intuyo que el penalti fallado fue el detonante de un proceso de deterioro que lleva tiempo devastando su confianza. Y que no termina.
Pero en la vida hay que ser valiente siempre, no solo para marcarle un gol imposible al Bayern de Múnich. También cuando la situación quiere ahogarte. Por eso Saúl debería enfrentarse a sus monstruos en privado y tener la generosidad de no perjudicar al equipo. Por respeto al club, al entrenador y a sus compañeros. Con un gesto así demostraría más sentimiento por el Atleti que con un tatuaje, y además cambiaría la rabia del aficionado por cariño y comprensión. Porque no hablamos de un pico de forma bajo o una caída puntual de su rendimiento, sino de un estado de ánimo permanente y evidente que se prolonga desde hace muchas temporadas.
18 marzo, 2024
Desde luego que hay que tener poca vergüenza para escribir algo así. ¿Cómo que tiene que resignarse y comerse todo lo que le está pasando en privado? ¿perjudicar al equipo?. Ya está bien. Dejad a Saúl en paz hombre que bastante tiene.
19 marzo, 2024
¿Dejad a Saúl en paz? ¿Por qué demonios habría que dajarle en paz? Este chico, como todos los que han tenido la oportunidad de elegir ser futbolistas profesionales, debe saber que es una figura pública y que en las desorbitantes cifras que gana y en su contrato va implícito el hecho de ser objeto permanente de escrutinio, faltaba más. Si no, que hubiera escogido ser un anónimo pringado que tarda 2 años y pico en ganar lo que él en un solo partido, y nadie se meterá con su persona.
No sé lo que dice o deja de decir este exfutbolista de élite en las cloacas sociales, ni me importa, pero su rendimiento en los 3 últimos años se puede calificar de vergonzoso sin exagerar un ápice. Y si en vez de lloriquear por esas redes del cotilleo enfermizo, tuviera los santos redaños de ir a las oficinas del club a rebajarse su disparatado contrato a la décima parte, o a confesar que no está ya para vestir la rojiblanca, entonces recuperaría el respeto que se le tuvo. El sentimentalismo es totalmente ridículo en el fútbol de competición. O estás para rendir al máximo nivel de exigencia, el que implica jugar en el Atlético de Madrid, o te largas a tu casa besando el césped que tuviste la inmensa suerte de pisar y dejas de molestar.