El cuento chino

El Atlético de Madrid está de rebajas. Si en el mes de enero fueron Luciano Vietto y Augusto Fernández los que hicieron las maletas, los rojiblancos han sumado en febrero otras tres bajas más: Yannick Carrasco, Nico Gaitán y Miguel Ángel Moyá. En esa ‘Operación Salida’ que ha dejado al equipo de Simeone bajo mínimos, un cliente predilecto se ha erigido por encima de todos: China. El gigante asiático se ha convertido en el principal destino de los jugadores que deciden abandonar la disciplina colchonera desde que Jackson Martínez fuera traspasado al Guangzhou Evergrande por 42 millones de euros en 2016.

Si hace un mes era Augusto el que ponía rumbo al Beijing Renhe, esta semana los nombres de Carrasco y Gaitán han sacudido el tramo final del mercado chino con sus traspasos al Dalian Yifang. Especialmente sonada ha sido la marcha del jugador belga que, con 24 años y cerca del Mundial, ha decidido abandonar un club de élite y en el que contaba con minutos por una Liga de menor nivel. La llegada de Carrasco confirma una tendencia seguida por hombres de la talla de Oscar, Ramires, Hulk, Witsel, Guarín, Lavezzi, Alex Teixeira o Bakambu. Y es que el fútbol chino ya no es un lugar al que los futbolistas van a retirarse. La realidad es que, a día de hoy, tópicos como ese quedan desterrados por completo. Pero, ¿qué hay detrás de estas operaciones? ¿Qué motivos llevan a los futbolistas a desembarcar en China?

Sin duda, existe un factor indiscutible: el dinero. Las cifras manejadas por los clubes de la Superliga china son desorbitadas incluso en comparación con lo que se gasta en el fútbol europeo. Así, por mucho que el atractivo deportivo sea mayor en el Viejo Continente, el factor económico resulta diferencial. Carrasco, sin ir más lejos, pasará de cobrar casi cuatro millones netos por temporada en el Atlético a diez en el Dalian Yifang. Es decir, más del doble. Unos números que se quedan en anécdota si se miran los salarios de Hulk (20 millones por temporada), Oscar (24 limpios por campaña) o Carlos Tévez en su etapa en el Shanghai Shenhua (38 millones anuales). Sueldos de otro planeta que han roto el mercado de una forma desconocida hasta entonces.

La inversión de los grandes empresarios chinos en el balompié tiene un importante componente político. El presidente de China, Xi Jinping, nunca ha ocultado su pasión por el fútbol. Su sueño es claro: convertir a China en una potencia futbolística y poder alzar, algún día, la Copa del Mundo. Tal es la obsesión del gran mandatario chino por el deporte rey, que ha establecido el fútbol como asignatura obligatoria en las escuelas. Además, se estima que para 2025 en China existan más de 50 000 academias de fútbol repartidas por todo el país. Unos datos que explican el tremendo esfuerzo que está haciendo el Gobierno chino por promover el fútbol en toda la nación.

Sin embargo, el interés de Xi Jinping por el fútbol va más allá de su conocida afición por este deporte. El presidente del gigante asiático es consciente de que no hay deporte que sea capaz de unir más a la gente bajo un mismo equipo o una misma bandera, independientemente de su condición social y su capacidad económica. El éxito en el fútbol sería el mejor instrumento del gobierno de China para enfatizar el sentimiento nacional de sus ciudadanos y reforzar su confianza en el Partido Comunista. Esto convierte al fútbol en una herramienta de fidelización demasiado apetecible para Xi Jinping y sus hombres. Dejarla escapar sería una osadía.

wang El cuento chino

Wang Jianlin. Foto: as.com

Entre los grandes inversores del fútbol chino se encuentra Wang Jianlin. El nombre del fundador y máximo dirigente de Dalian Wanda Group es bien conocido por la afición rojiblanca. Y es que el popular magnate asiático desembarcó en el accionariado del Club Atlético de Madrid en 2015, haciéndose con el 20% del capital social de la institución. La influencia del multimillonario de Myanyang se dejó notar rápidamente en todas las esferas del club, con Wanda dando nombre al nuevo Estadio Metropolitano y una multitud de niños chinos desembarcando en la cantera rojiblanca. Este último negocio, si bien resultó muy rentable para el bolsillo de Miguel Ángel Gil Marín –que se embolsó 60 000 euros anuales por acoger a estos niños–, tuvo grandes consecuencias para la entidad colchonera. En total, los rojiblancos acumularon hasta 65 casos graves de contratación de menores que terminaron costándole al club una sanción de la FIFA sin poder inscribir jugadores hasta el 1 de enero de 2018.

Tres años después de su llegada al Atlético, la aventura de Wang Jianlin en la capital de España ha terminado como el rosario de la aurora. Hace apenas unos días, el empresario chino se deshizo de todas sus acciones en el club madrileño para regresar con fuerza al fútbol chino. Su destino, casualmente, no es otro que el Dalian Yifang, equipo que surgió de las cenizas del Dalian Wanda FC que ganó cuatro Ligas entre 1994 y 1999 de la mano de Wang Jianlin. Con el objetivo de recuperar la hegemonía en su país, el máximo dirigente de Wanda ha puesto sus ojos en el Atlético de Madrid. De ahí que los nombres de Carrasco, Gaitán e, incluso, el de Fernando Torres, saliesen a la palestra.

Otro aspecto que ha sorprendido a los aficionados colchoneros ha sido las cifras de los traspasos. Si por Gaitán los rojiblancos han sido capaces de sacar 18 millones de euros, la salida de Carrasco se ha saldado por apenas 30 ‘kilos’. Una cantidad que se antoja muy baja por un jugador bastante cotizado por los grandes de Europa (Bayern, Juventus, Arsenal…) y cuya cláusula de rescisión ronda los 100 millones de euros. Más aún cuando el 25% del dinero ingresado por el traspaso va a parar a las arcas del Mónaco. Una operación aparentemente ruinosa desde el punto de vista deportivo que muchos atléticos no alcanzan a comprender.

Muchas son las voces que apuntan a un posible ‘favor’ de la directiva rojiblanca a Wang Jianlin por sacar a la SAD de una situación comprometida tres años atrás, pese a que algunas informaciones recientes evidenciaban un posible descontento de los mandatarios rojiblancos a causa de varios impagos del empresario chino. Sin embargo, no son pocos los que hablan de la falta de liquidez del club a costa de la deuda generada por la construcción del nuevo estadio. Sea como fuere, el cuento chino del Atlético de Madrid le ha reportado al cuadro rojiblanco un total de 98 millones de euros desde 2015, siendo el principal exportador para el mercado chino. Mientras en el palco cuentan los billetes, Simeone apenas dispone 17 jugadores de campo para el tramo decisivo de la temporada. Pocos, pero bien atrincherados, como diría el ‘Cholo’. Y a por la Liga.

 

Foto: clubatleticodemadrid.com

 

 

 

Autor: David Gómez

Alcarreño. Adicto a la buena música y a la escritura. Estudiando y haciendo periodismo con un micrófono y un papel. Esclavo de una pasión llamada Atlético de Madrid.

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