Victoria y serio aviso

El Atleti sale a los partidos con la creencia que el status de campeón, o el peso de la camiseta, que cada vez es mayor, fuese a ser suficiente para ganarlos. Las primeras partes, con la honrada excepción del Villarreal, transmiten eso, un equipo tranquilo, casi apático, que juega a que no suceda a nada, a simplemente esperar que llegue la oportunidad para echar los puntos al zurrón. Lo que ocurre, naturalmente, es bien distinto. Por lo general, el rival, consciente de la entidad del Atleti, redobla esfuerzos, juega como si fuera su último partido, compensa sobradamente esa abulia y, en ocasiones, como también sucedió ayer en Getafe, se adelanta en el marcador y complica de manera abrupta la trama de la película.

En el apartado de las excusas, es cierto que septiembre es un mal mes, peor aún el de este año, pues los jugadores han prolongado la competición hasta agosto, muchos de ellos apenas están realizando la temporada ahora, en estos partidos, donde se juegan puntos que serán tan vitales como los últimos. Pero esa realidad es compartida, y eso inhabilita el lamento. Están también las bajas, que se están acumulando, pero para eso era la profundidad de la plantilla, es ahora cuando se debe demostrar que el equipo no son nombres, sino hombres.

Herrera fue al medio para sustituir las ausencias y Simeone volvió al 4-4-2 con Lodi y Trippier en los laterales, con un equipo muy ofensivo que trataba de lastimar a un Getafe herido, casi muerto, que es el único equipo que resta en primera sin haber conseguido un punto. Los de Michel mostraron su condición en los primeros diez minutos de partido, donde el Atleti jugó en campo contrario, y sometió a un equipo temeroso, asustado, incapaz de salir de su propio terreno. Todo apuntaba a que aquello sería sencillo para el Atleti, pero el tiempo pasó, no llegó el gol, ni siquiera las ocasiones, y empezó la siesta. Cada minuto fue llenando el depósito de confianza del Getafe hasta que, al borde mismo del descanso, el que nunca falla, Oblak, cometió un error en la salida de balón y propició el gol local. Diecinueve partidos consecutivos llevaba el equipo azulón sin convertir un gol al Atleti, ahí murió esa increíble estadística.

En la segunda parte todo empezó a cambiar, pero no demasiado. El Atleti, obligado por las circunstancias, comenzó a meter al Getafe contra las cuerdas. Los de Míchel, comenzaron a embarrar el partido demasiado pronto, empezaron a perder tiempo cuando todavía quedaba mucho por aprovechar. Simeone movió el banquillo, empezó a meter todo lo que tenía, esto es: de Paul, Hermoso por Lodi y Griezmann que hicieron un encuentro desastroso, después entraron Cunha y Vrsaljko, pero lo relevante de los cambios en esta ocasión no fueron los que entraron, ni siquiera los que salieron, sino uno que permaneció en el campo. Cualquiera hubiera quitado a Suárez del partido buscando frescura, pues no fue sino una sombra del jugador que es: apenas participó, se le ve lento, con poca capacidad para el desmarque, ni siquiera digamos para el desborde. Cualquiera hubiera entendido que Simeone lo sacara del campo y sin embargo el argentino lo mantuvo de manera extraña y fue Suárez quien, en dos acciones puntuales, a pase de Hermoso, control y zurda y con un balón llovido de Vrsaljko, cabezazo con pies agarrados a tierra, dio la vuelta a todo. Se la dio en el minuto noventa, el último, con ese instinto de criminal de área que no va a perder por más que un día será viejito y continuará arrebatándole los goles a los nietos en el parque.

Suárez lo revirtió y el Atleti se quedó con tres puntos importantísimo, pero no debe dejar caer en el olvido este nuevo aviso para no olvidar que hace falta algo más que la camiseta o el estatus para ganar. Así fue siempre para este equipo y así seguirá siendo.

Autor: José Luis Pineda

Colchonero. Finitista. Torrista. Nanaísta. Lector. Escribidor a ratos. Vivo en rojiblanco.

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2 Comentarios

  1. Jose Luis, el equipo dio la sensación de no tener ni siquiera prisa. Abulia y actitud iban de la mano durante prácticamente todo el partido. Solo la excepción de Marcos Llorente y un quiero y no puedo de Correa desentonaban en un pésimo partido de todo el equipo en general.
    Hasta me sorprendió que en el descanso Simeone no hiciera cinco cambios.
    No sé cuál es la solución, pero se está notando mucho la falta de un jugador al que muchos aficionados no consideran fundamental como es Koke y la alegría de Lemar.
    Hasta hice en falta a Joao.
    Mal partido.
    Alguien sabe si Simeone ya ha renovado?

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  2. No quiero criticar al Cholo, pero bueno, un entrenador que lleva más de 10 años en el banquillo, ha de saber a que quiere jugar. Tampoco entiendo la deshubicación permanente de los jugadores; LLorente pierde eficacdia al cambiarle de sitio. Si hace tiermpo, se descubrió una posición en la que rinde a satisfacción, hay que dejarle que siga jugando ahí.

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