
El ‘10’ siempre en la cancha. Da igual quién sea el rival, pero que juegue. Para llevar ese dorsal hay que tener una personalidad y una calidad muy por encima del resto de compañeros de equipo. Kun Agüero y Arda Turan fueron los últimos dignos portadores del número maradoniano. Y ahora, tras muchos bandazos, lo honra Correa.
El argentino tuvo pie y medio en Milán. Sin embargo, la contratación con el club italiano no se cerró y el delantero metió con el puntín el gol de la liga rojiblanca. Sí, con ese otro medio pie con el que se amarró en Madrid. De revulsivo a titular, de titular a indiscutible. Si todos los rojiblancos tuviésemos que hacer el once ideal del equipo, estoy seguro de que Correa estaría en todas las quinielas.
La mejor racha del argentino: más goles que nunca
El de Rosario dio un paso al frente la pasada temporada: anotó 9 goles y regaló 8 asistencias. Pero el momento clave para Correa llegó en el Benito Villamarín, más allá de la foto entre lágrimas y el consuelo de Simeone. Desde ese partido, el delantero está desatado, mostrando un nivel de auténtico crack y postulándose como la estrella del Atlético de Madrid.
El encuentro ante el Betis hizo que todo cambiase, desde entonces ha anotado 8 goles en 10 partidos. Dos tantos al Granada, uno al Huesca, otro a la Real Sociedad y el decisivo ante el Valladolid. Tras las vacaciones y una Copa América bajo el brazo, Correa reapareció con gol en los escasos 30 minutos que jugó ante el Feyenoord y, por último, se aúpa como máximo goleador con los dos tantos al Celta de Vigo en 65 minutos. Sin contar las asistencias realizadas.
Polivalencia, canchero y con una magia única
Angelito se ha convertido en un todoterreno sobre el césped. Dejó atrás ese físico debilucho y blandengue para ganar una masa muscular que le diera estabilidad en el cuerpo a cuerpo y no caer tanto al suelo en sus gambeteos. Un compromiso que viene pincelado por el cuerpo técnico de Simeone.
En cuanto al verde, Correa puede jugar de delantero centro, segundo punta, media punta y como extremo. Sin embargo, desde que está acompañando a Luis Suárez muestra su mejor versión. Ahí puede bajar a recibir, regatear de espaldas, driblar y conectar más fácil con sus compañeros. Tic-Tac, gambeteo o ruleta, asociación y ya termina encarando a la defensa. En eso, Angelito es letal.
Este año tiene la personalidad del campeón. No se achanta con los defensas, discute, protesta a los árbitros y, en definitiva, se hace notar. Una experiencia que ya le hace ser uno de los pesos pesados del equipo. Una actitud que se traslada a su juego, no dando una pelota por perdida y peleando hasta el último segundo.
Nuestro ‘10’ tiene solamente 26 años y está entrando en la etapa más importante de su carrera futbolística. Es el ojito derecho de Simeone y de la afición, de eso no hay duda. Una admiración que se ha ganado con esfuerzo, sudor y lágrimas. Como las del Villamarín.
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