Juanfran: siete años y un mito

Cada 12 de enero supone una fecha marcada en el calendario de la familia Torres Belén. Tal día como hoy, hace siete años, aterrizaba en Madrid un joven Juanfran. Con leves rastros de nieve en un gélido y vacío Calderón, el extremo de Crevillente se enfundaba por primera vez la camiseta del Atlético. El cuadro colchonero, que días atrás había dicho adiós a un pilar como Simão Sabrosa, pagó 4,25 millones a Osasuna para hacerse con los servicios de Juanfran. El alicantino, que había disputado 168 partidos con la elástica rojilla, venía a la capital de España con la vitola de ídolo en El Sadar.

Su debut con el equipo de Quique Sánchez Flores no se hizo esperar. Dos días después del anuncio de su traspaso, Juanfran se estrenaba en el equipo titular del Atlético en un partido de Copa del Rey. El escenario, inmejorable: un derbi en el Santiago Bernabéu contra el Real Madrid. Un partido más especial si cabe para el debutante Juanfran, pues forjó su pasado como jugador en la cantera blanca. De hecho, el de Crevillente llegó a enfundarse la zamarra merengue en seis partidos oficiales del primer equipo, hasta que salió cedido al Espanyol. Bajo las órdenes de Miguel Ángel Lotina, Juanfran irrumpió como futbolista y se alzó con una Copa del Rey en el cuadro perico. Precisamente, ganando al Zaragoza en el Santiago Bernabéu.

La Copa y el Bernabéu.

Esa simbiosis perfecta marcaría la vida futbolística de Juanfran. Su estreno, sin embargo, no fue el más feliz. En aquel derbi, el Madrid de Mourinho derrotaba al Atleti por 3-1. No fueron comienzos fáciles para el alicantino, que gozaría de pocos minutos con Quique. Pese a ello, Juanfran pudo destaparse como goleador rojiblanco en esa campaña, marcando en Son Moix su primer tanto de colchonero. Aquel gol no sería uno más en la carrera del español. Sus dedos y su mirada se dirigieron hacia el cielo. Allí lo contemplaba su padre Juan, fallecido unas semanas antes.

La llegada de Gregorio Manzano no cambió en exceso el status de Juanfran dentro del equipo. El Atlético deambulaba en cada salida como visitante y el futbolista alicantino no encontraba su hueco en el esquema de ‘Goyo’. Sin embargo, sería Manzano el hombre que lo probaría, por primera vez, en la posición que cambiaría su carrera para siempre. Fue un 15 de octubre de 2011 en el Estadio de Los Cármenes de Granada, cuando el técnico colchonero colocó a Juanfran de lateral derecho. Pese a que su rendimiento aquel día no fue el mejor, aquel sería el inicio del mejor Juanfran. En el flanco derecho, el de Crevillente encontró su sitio y, de la mano de Diego Pablo Simeone, se convirtió en uno de los pilares del mejor Atlético de Madrid de la Historia.

El desembarco del ‘Cholo’ en Madrid consolidó a Juanfran como un futbolista de primer nivel. Indiscutible en las alineaciones del argentino, aquel jugador que apenas disfrutaba de minutos pronto se ganó el corazón del preparador bonaerense. Una vuelta después de aquel ‘debut’ como lateral frente al Granada, el Rayo se convertía en ídolo de la hinchada colchonera con una jugada para el recuerdo.

Minuto 90, 1-0 para el Atlético. Juanfran recibe un balón de espaldas, se da la vuelta y se marcha del extremo nazarí. Acto seguido, lanza el balón largo para marcharse por potencia y, con un autopase sutil con la puntera, elude a un tercer defensa para llegar hasta el borde del área y asistir a Falcao. Doce segundos. Doce segundos de carrera, de regates, de potencia. Doce segundos en los que pasaron como un efímero flashback todas aquellas tardes en el bar con su padre tomando una Coca-Cola en cada partido que veían. Doce segundos de partidos veraniegos en casa, de dar patadas al balón como un enano, de goles épicos como la volea a Casillas que salvaba a Osasuna en 2009. Doce segundos de sonrisas, de llantos, de nostalgia y sufrimiento. Doce segundos que sirvieron para que el Vicente Calderón coreara al unísono su nombre. Doce segundos que hicieron añicos todas las dudas y los miedos, mientras todos sus compañeros lo cogían a hombros. “¡Juanfran, Juanfran!”, gritaba el estadio. Y él, con los dedos índices en alto, buscaba el cielo mientras esbozaba una sonrisa. Papá estaba orgulloso.
Ya nadie detendría a Juanfran. En mayo llegaría su primer título europeo con el Atlético: la Europa League de Bucarest. Un mes más tarde llegaría la convocatoria con la selección española para la Eurocopa 2012, que ganaría con el combinado de Vicente Del Bosque. En agosto caería la Supercopa de Europa humillando al Chelsea en Mónaco. Un año más tarde, en 2013, la Copa del Rey y el Santiago Bernabéu volverían a cruzarse en el camino del de Crevillente. En esa noche mágica del 17 de mayo, Juanfran jugó un papel fundamental sacando bajo palos un disparo de Özil con toda la portería a su favor. Esa memorable acción contribuyó a acabar con 14 años sin ganar al eterno rival y a lograr la décima Copa del Rey en el feudo madridista.

Y de la Copa al año de la Liga. La temporada 2013/2014 resultó ser una auténtica exhibición del Atleti de Simeone, en el que Juanfran desempeñó un papel trascendental junto a Filipe Luis. Ambos laterales se convirtieron en los puntales del cuadro rojiblanco para la conquista del campeonato doméstico y la clasificación a la final de la Champions de Lisboa. Para el recuerdo quedará su impresionante partido en la vuelta de las semifinales contra el Chelsea, donde Juanfran fue nombrado el MVP del partido tras dar dos asistencias a Adrián y a Arda Turan.

La Liga de Campeones fue, precisamente, la competición que hizo experimentar a Juanfran el peor momento de su vida deportiva. Sería en la final de Milán, de nuevo contra el Real Madrid. Después de que el alicantino asistiera a Carrasco para igualar la contienda y llevar el partido a la tanda de penaltis, el lateral del Atlético sería el único en fallar su lanzamiento desde los once metros. Su disparo, que se estrelló contra el poste, resultaría decisivo para que el Madrid se acabara alzando con el título. Juanfran, desconsolado, se dirigió al fondo de los aficionados rojiblancos y, con las palmas de las manos en alto en señal de perdón, rompía a llorar. La hinchada, lejos de reprocharle nada, batió el récord de ventas de su camiseta en los días posteriores.

Desde entonces, la espina de la Champions sigue clavada en el de Crevillente. Sin embargo, a sus 33 años y con 308 partidos como colchonero a sus espaldas, a Juanfran todavía le queda cuerda para rato. Así lo anunció Miguel Ángel Gil Marín, que garantizó la continuidad del lateral español para la próxima temporada. Pese a que parece que Šime Vrsaljko parece haberle ganado la partida en la disputa de la titularidad, el defensor alicantino no está dispuesto a rendirse. Nunca lo hizo, ni siquiera cuando el temporal invitaba a buscar una salida. Se reinventó y, junto al ‘Cholo’, se convirtió en una leyenda a la altura de Isacio Calleja o Carlos Aguilera. Con esfuerzo, sacrificio, trabajo, lealtad y, partido a partido, Juanfran construyó un mito que hoy cumple ya siete años. Lo mejor de todo es saber que a ese relato legendario todavía le quedan muchas páginas para el final.

Felicidades Juanfran.

 

Foto: clubatleticodemadrid.com

 

 

Autor: David Gómez

Alcarreño. Adicto a la buena música y a la escritura. Estudiando y haciendo periodismo con un micrófono y un papel. Esclavo de una pasión llamada Atlético de Madrid.

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