No, no soy el Cholo. Ya sé que es una obviedad, pero aún hay que recordárselo a más de uno. Los últimos rumores que apuntan a un posible regreso de Lucas Hernández han vuelto a reavivar el eterno debate: ¿Ganar lo justifica todo? Para mí no, y creo que no soy el único.
Cuando uno se sienta a escuchar o leer los argumentos que llevan a muchos a defender la vuelta de jugadores que salieron de este Club por la puerta trasera tras haberlo tenido todo casi siempre llega al mismo punto: Lo ha pedido Simeone. Y ya está. Como si tras una ruptura dolorosa con tu novia de toda la vida tuvieses que volver al punto de partida solo porque a tu madre le parece la mujer que mejor puede encauzar tu vida. No, oiga, no. Simeone es el mejor entrenador que ha tenido este Club en su historia. El hombre capaz de revertir años de mediocridad y convertirnos en un Club referencia en Europa. La única persona que ha hecho magia y ha conseguido que, contra todo pronóstico, la escalera se suba a la cabra. Todo eso y mucho más, pero no es un hincha de este Club. En parte porque su trabajo no le permite serlo. En mayor medida porque cuando uno se juega el sueldo tiende a pensar más racionalmente y menos con el corazón. Y así queremos que sea hasta el final de los días. Pero tú no. Tú, que acudes domingo tras domingo al estadio y ahorras cada año para pagar religiosamente tu abono, tú no. Tú, que te mojas cuando llueve, pasas frío en invierno y madrugas la mañana posterior a un partido, tú no. Tú, que te acuestas sin cena en la derrota y celebras de manera efusiva cada gol, con gritos secos y desgarrados, sin bailes exóticos, tú no.
Yo no soy Simeone. Yo no tengo que pensar, de manera objetiva, formas de alcanzar mis metas. Yo no necesito apartar todos los contextos personales de cada futbolista y centrarme únicamente en lo que puede aportar sobre el verde. Yo puedo permitirme el lujo de guiarme por otros aspectos que están más allá de los meramente deportivos. Yo puedo seguir reafirmando que Pechuga San Román es una de las grandes leyendas de este Club (comprueben si quieren sus estadísticas) y que el Kun Agüero no es nadie.
Más de uno considerará esto una forma de repartir carnets. Entenderán que aquí se narran hechos que definen a uno como buen o mal atlético. Siento decirles que no, no he bajado del Sinaí con los mandamientos de la fe rojiblanca, solo he colocado un espejo en el que cada cual puede asomarse y juzgarse a sí mismo.
Si en su día, cuando todo era oscuro y las camisetas rojiblancas una reliquia que se veía en pocos colegios, defendiste la idea de que lo importante eran los valores por encima de los títulos, tú cogiste el carnet. Si, cuando los derbis siempre empezaban con ilusión y acababan en tragedia, juraste no ser nunca como ellos; tú cogiste el carnet. Si te reías cuando sus leyendas se marchaban sin ningún reconocimiento, por la puerta de atrás, y sus estrellas fichaban por sus máximos rivales; tú cogiste el carnet. Nadie te lo repartió, tú lo escogiste. Bien por convicción o porque en ese momento interesaba. Como a algunos les interesa ahora hacerlo pedazos.
FOTO: IMAGO
15 noviembre, 2021
Tronco… espabilate, que estamos en el siglo XXI …