La carrera por la sucesión de Diego Pablo Simeone ya ha comenzado. Resulta curioso que esto suceda cuando el principal protagonista de esta historia no ha dado ni un solo atisbo de querer abandonar el barco. Pero, en una tripulación llena de ratas, todos confabulan con tal de salvar su cabeza. La derrota frente al Levante en el Metropolitano ha abierto la caja de Pandora en las oficinas del club. Filtraciones interesadas han empezado a sugerir posibles nombres que reemplazarían al ‘Cholo’ en el caso de que el argentino decidiera marcharse. No es casualidad que, desde los portavoces mediáticos del palco, se haya hablado de figuras como Stefano Pioli, Marcelino, Luis Enrique o Ernesto Valverde. Tampoco sorprende que la prensa deportiva patria haya dejado caer que existe una mala relación entre Simeone y el director deportivo, Andrea Berta. La ofensiva para acabar con Diego Pablo ya es imparable.
A Simeone no lo echarán, lo empujarán a marcharse. Nadie puede ponerle al ‘Cholo’ el finiquito si él decide seguir en el Atlético de Madrid. Eso sí, tengan por seguro de que harán todo lo posible para que el técnico de Buenos Aires abandone la disciplina rojiblanca. Con su tono papal, Gil Marín apareció de su letargo emitiendo un comunicado en el que confiaba en la plantilla y el cuerpo técnico para lograr los objetivos «deportivos» (que son los suyos económicos). La realidad es bien distinta. La ilegítima directiva ha dejado de ver en Simeone a la gallina de los huevos de oro. Creen que el ciclo del argentino no da para más y que otro podrá conseguir las metas mínimas con mucho menos dinero de sueldo. De ahí vienen la retahíla de posibles sustitutos. Zanahoria en público, palo en privado.
Gil Marín ha abandonado a Simeone. Tal vez, con perspectiva, podremos hablar del error que cometió Diego Pablo al consentir todo cuando su posición de fuerza le permitía apretar un poco más. Quizás el ‘Cholo’ vio en Miguel Ángel a un amigo que no titubeará cuando toque dejarlo en la estocada. Esa amistad con el ‘gilismo’ será su única penitencia. Es probable que Diego Pablo acabe marchándose del Atlético de Madrid por el abandono de unos y la inacción de otros. La idea de que su ciclo está agotado y de que lo mejor para la institución es una renovación ha calado en un gran sector de la hinchada colchonera. Esos mantras se repetirán hasta la saciedad de aquí hasta el final del curso. Desde arriba saben que la única forma de acabar con Simeone es que la gente acepte el divorcio como una consecuencia inevitable.
Gran parte de la afición ha comprado ese relato. Al seguidor medio no le disgusta la idea de hacer un casting de nuevos entrenadores. Las caras viejas cansan; incluso, hasta la de Simeone. De otra manera, no se puede explicar que hasta algunos ‘cholistas’ (de Hacendado, eso sí) entren al juego y empiecen a lanzar nombres como si Diego Pablo ya estuviera fuera de aquí. Son muchos los que quieren organizar la despedida del ‘Cholo’ mientras él repite por activa y por pasiva que desea continuar. Cuando la amnesia se les pase, repararán en su error y querrán proteger al último de sus símbolos. Para entonces, será demasiado tarde. Como con el Calderón. Como con el escudo. Así es el manual de la Forbes.
Tengan por seguro que esta década ha sido un oasis en el desierto. Cuando Simeone se vaya, el Atlético de Madrid estará más cerca de ser lo que fue antes del ‘Cholo’ que de mantenerse en la élite. No habrá técnico de primer nivel que soporte la ignominia de estos dirigentes. Tampoco habrá un entrenador capaz de hacer más con menos inversión. Diego Pablo ha sido el Atlas de este castillo de naipes. Nadie podrá sostenerlo en el tiempo tanto como lo ha conseguido él. Y sí, es cierto. El Atleti fue grande antes de Simeone, pero no a partir de los Gil. La única posibilidad de que sigamos soñando despiertos es con el argentino. Por el bien del Atlético de Madrid, toca defenderlo hasta las últimas consecuencias.
19 febrero, 2022
Para mí el Cholo es uno de los grandes ídolos del Atleti, no el único, pero uno de los más grandes.
Es inevitable que algún día se marche, ofertas no le van a faltar, muchas y de diversos lugares.
Ahora bien, apostar a seguro cosas del futuro es harto difícil y la vida da muchas vueltas y reveses. Lamentablemente, es probable que, dado el nivel de acierto mostrado en proyectos pasados de esta directiva, el fracaso sea mayúsculo.
Espero y deseo no acertar ni una por el bien del club, pero…
19 febrero, 2022
Pues a mi me parece que el lio viene a causa de Joao Félix y de sus 120 kilos.
A Gil le importa un bledo el fútbol, ni sabe de fútbol ni creo que le interese el fútbol lo más mínimo. Lo suyo son los toros.
El Atleti se cruzó en su camino gracias a su padre y para él no es más que un medio para ganar dinero. Quizá con el paso del tiempo haya desarrollado algún sentimiento especial por el escudo y la camiseta rojiblanca pero siempre ligado a la obtención de beneficios económicos.
Después de cien partidos Joao Félix no convence a Simeone, ni creo que a una buena parte de la afición, pero Gil parece dispuesto a enrocarse con no perder nada de los 120 millones y bien podría pensar en deshacerse de aquel que pone en peligro su inversión aunque, paradójicamente, le haya hecho convertirse en multimillonario Forbes.
Y ahí entra en juego la caverna, encantada de emponzoñar el ambiente y de enredar en el asunto, y primer paso para desacreditar a Simeone.