Hay jugadores que no llegan a la categoría de crack mediático a la que la frenética y disparatada actualidad deportiva nos va acostumbrando. Son futbolistas que no provienen de la cantera, pero son de la casa. Con el tiempo se convierten en elementos esenciales de un engranaje y siempre ofrecen un rendimiento notable e incluso sobresaliente. Además, este tipo de personas suelen dar buena imagen al Club a todos los niveles, alejados de gorras planas, pendientes estrafalarios y declaraciones estridentes. Filipe Luis se ha propuesto demostrar a los seguidores rojiblancos que en ocasiones las segundas partes son buenas.
El Atleti tiene la suerte de contar con un tipo así, que además de su categoría como jugador aporta un plus de profesionalidad, compromiso y por que no decirlo, buena presencia. Profesional del balón diferente fuera de la cancha, con preocupaciones distintas al futbolista medio profesional, Filipe se ha convertido en un ejemplo a seguir por todos los jóvenes colchoneros.
Cuando el brasileño volvió la temporada pasada sabía que tenía un reto difícil, debía convencer a un amplió sector de la grada que vio como una traición su marcha al Chelsea. Filipe, consciente de esta situación pasó de palabras y fue directo a los hechos, con un inicio titubeante, no pudo realizar una pretemporada en condiciones, tras coger la forma óptima llegaron las buenas actuaciones y la grada del Calderón, que pasa del recelo al perdón con rapidez, recuperó al jugador sudamericano como parte de la famosa guardia pretoriana de Simeone, máximo valedor para la vuelta del lateral.
A nivel deportivo nadie duda que tras un año de su regreso, Filipe Luis, se ha convertido en el mejor lateral zurdo del mundo. De vital importancia para el nuevo proyecto colchonero por la cantidad de de soluciones que aporta al nuevo esquema más ofensivo desarrollado por el Cholo, en el que el de Jaragua do Sul tiene una incidencia extraordinaria.
Filipe está desarrollando un trabajo inmenso como lateral, defiende mejor que nunca y ha ayudado a que la meta guardada por Oblack vuelva a ser la menos goleada del continente. Además, a su largo recorrido y vigorosa zancada hay que sumarle su visión de juego, que le permite ser pieza clave en el entramado táctico del equipo, haciendo las veces de interior y ayudando a la salida del balón, o bien sumándose al ataque poniendo precisos centros a los delanteros como un clásico extremo o combinando con Koke, Saul y Carrasco buscando jugar en superioridad por la banda.
Con un amplio abanico de recursos técnicos el brasileño tiene gran peso en la conducción de la pelota del juego atlético, toca mucho balón y junto a Koke y Gabi forma el tridente de distribución de la maquinaria atlética que permite superar las líneas de defensa rivales con las ya clásicas rápidas transiciones ataque-defensa de este Atlético de Madrid.
Con poco recambio dentro de la plantilla, una baja suya supondría retocar notablemente el esquema. Por este motivo, desde la grada del Calderón ven con cierto temor la cantidad de minutos que el brasileño acumula en sus piernas y rezan con fuerza para que Filipe siga así toda la temporada. Identificado como pocos con Club, Filipe ya está en el Olimpo colchonero.