Todo fluye en el Atlético de Madrid. El inicio de temporada de los colchoneros ha hecho que las aguas bajen inusualmente tranquilas en estos primeros meses del curso. Al buen hacer del equipo se ha sumado la reciente renovación de Diego Pablo Simeone hasta 2027. Ello, unido a la vuelta del escudo el próximo año, ha generado un ambiente de estabilidad y concordia como no se veía desde hace años. Sin embargo, al club todavía le quedan cuentas pendientes. Una de ellas es de especial importancia: la renovación de Koke.
El capitán del Atlético de Madrid vive uno de los mejores momentos de su extraordinaria carrera. Pese a comenzar la temporada lesionado, el vallecano se ha erigido como uno de los pilares del equipo en el centro del campo. Con casi 600 partidos a sus espaldas, su elevado rendimiento ha reforzado uno de los clásicos mantras del Metropolitano. Un Atleti ganador pasa por la mejor versión del ‘6’. Y el ‘6’ está jugando como nunca. Viendo su nivel en la medular, cuesta creer que el capitán esté a poco más de un mes de poder marcharse gratis a cualquier equipo la próxima temporada.
Y es que el contrato de Koke expira en junio de 2024, justo al finalizar la presente campaña. Cierto es que el internacional español siempre ha manifestado su deseo de querer retirarse en el Atleti. Sin embargo, durante este parón de selecciones, Álvaro Morata encendió las alarmas al exigir un mayor reconocimiento para el capitán, al mismo tiempo que afirmaba sentir “pena” por creer que se le valorará más cuando se vaya. Las palabras de Morata preocupan al hincha rojiblanco por la posibilidad de que la negociación se haya enquistado.
Sean ciertas o no, sus declaraciones lanzan un aviso a las oficinas del Metropolitano. Desde las altas esferas del club no puede haber otra prioridad que no sea amarrar la continuidad de Koke de aquí a final de año. No solo sería la guinda a un 2023 sobresaliente, sino también la garantía de que tenemos un Atleti competitivo para rato… y un capitán para la eternidad.