El pasado miércoles, viendo la reacción de los aficionados verdiblancos tras lograr el pase a semifinales de Copa 14 años después, recordé la ilusión que supuso, no hace demasiado, aunque parece una eternidad, ganar un derbi también 14 años después. La ilusión en la mitad de la ciudad de Sevilla posiblemente esté en máximos históricos, y no por la celebración de los Goya, que también han encontrado a una ciudad volcada. El hecho de que el escenario del domingo sea el sitio elegido para la final de Copa del Rey ha provocado que la afición bética sólo piense en estar presente el próximo 25 de mayo. Algo que ha hecho que la visita del Atlético sea en un momento propicio, para los colchoneros. Más aún si contamos con la prórroga que tuvo que disputar el Betis en los cuartos y la poca tregua que da el calendario. Echando un vistazo a la enfermería del Atleti, casi mejor que los del Cholo no tengan que jugar el próximo miércoles.
Además del reencuentro entre Setién y Simeone, que al lado de lo que hemos vivido con Marcelino y el Getafe los podemos considerar amigos, volverán a coincidir Morata y Jesé, que la última vez que coincidieron en un campo de fútbol estaban llamados a ser el futuro del Real Madrid, uno de ellos incluso Balón de Oro. Dos incorporaciones que no parecen haber sido recibidas de la mejor forma posible por sus respectivas aficiones, aunque futbolísticamente, Morata debería aportar más a su nuevo equipo. En cualquier caso, el domingo veremos cómo se han adaptado ambos a sus nuevos clubs.
A pesar de las distracciones, poco margen tienen los hispalenses para fallar si no quieren descolgarse del objetivo de entrar en Europa. Su mala racha fuera de casa poco tiene que ver con su imagen en el Benito Villamarín, donde sólo ha perdido uno de los últimos seis partidos. Aunque de perder poco sabe más el Atlético, que no cae derrotado en Liga desde el primer día de septiembre. Pese a que el enfrentamiento entre Setién y Simeone no ha tenido demasiado protagonismo esta semana por la injerencia de la Copa del Rey, el cántabro aún no sabe lo que es ganarle al argentino. La última prueba, en el Metropolitano en la primera vuelta, donde un acelerón de 45 minutos bastó a los rojiblancos para ganar con comodidad a los hispalenses a pesar de la estrechez del resultado. Más doloroso tuvo que ser para el reconocido amante de la posesión ver como en el mismo escenario del domingo, el Atlético se llevó la pasada temporada los tres puntos sin llegar al 30% de posesión en un partido tosco, por calificarlo de alguna forma, pero seguro que satisfactorio para Simeone.
Habrá que ver si el argentino decide volver a quizás, la versión que más saca de quicio a su rival de esta jornada, o bien decide continuar con la tendencia que se ha visto en los rojiblancos durante este mes de enero, donde a pesar de las bajas, ha logrado una versión de su equipo con gran protagonismo de balón y además mucha profundidad, que al fin y al cabo es de lo que se trata. Además, no hay que olvidar, que ahora mismo, el Atlético es el único equipo que mantiene con emoción el campeonato liguero y la visita de un Valencia en línea ascendente a Barcelona puede hacer de la jornada una ocasión perfecta para aumentar la oportunidad de tocar metal esta temporada.