Los que no siempre fuimos de Torres nos hemos hinchado a llorar estos días, porque Torres es el Atleti en sí mismo, representa todas y cada una de las cosas que nos enamoran del Atleti y eso que algunos durante algún tiempo no lo hemos querido ver del todo. Aquella mañana de domingo contra el Leganés todos éramos Torres, cuando marcó en Albacete todos sentimos ser Torres y en el primer partido de la siguiente temporada cuando se complicaba la cosa contra el Jaén todos fuimos Torres. En las siguientes temporadas ese pecosito era lo único que se acercaba al Atleti que nos enamoró de pequeños. Su fútbol nos aportaba un halo de esperanza y eso casi hoy es anecdótico porque Torres ha traspasado la muralla de lo meramente futbolístico, es una leyenda inmortal, y nunca necesitó un titulo para serlo.
Torres era lo único que teníamos, pero un día decidió irse a Liverpool, nunca sabremos el motivo, porque su entorno ha contado tantas versiones (sanear las cuentas del club, enfado por la actitud de la grada el día del Barcelona…) que la real puede ser cualquiera, pero da igual. Y se marchó a Inglaterra, y para algunos verle marcar con los red era como ver a tu ex más querida besar a otro, incluso celebró un gol que le marcaron al Atleti con un penalti injusto y eso fue, para algunos pocos, como si tu ex más querida te manda un vídeo en la cama con su pareja del momento.
Pasaron los años y Torres volvió, otra mañana de domingo era su presentación en el Calderón y servidor, que esa mañana estaba en el Paseo Imperial, 91, decidió no acercarse, el dolor de una ex seguía ahí. Craso error, porque lo que se vivió esa mañana en el Calderón es una de las muestras de amor más bellas de la historia del fútbol. Todavía sigo flipando, y seguro que Torres también, cada vez que veo una imagen de ese día. Pura esencia atlética.
Fernando debutó contra el Madrid en Copa y marcó dos, y todos los celebramos como si lo hubiésemos metido nosotros mismos, y así con cada gol del pecosito, incluso lo que todavía no habíamos terminado de perdonarle del todo. Fue renovando año tras año y tuvimos que aguantar a su entorno, su dañino entorno, que algunos pocos nos reabrió heridas, aunque cada gol de Torres lo seguíamos celebrando como si lo metiésemos nosotros mismos. Pero llegó Milán y Torres lloró sobre el césped como lloramos todos. Era un atlético más desolado por esa injusta desdicha. Y entonces vino Lyon y Fernando pudo irse como merece, con una Copa y se subió a Neptuno y pudiéndose acordar de muchas cosas, se acordó de que él, además de “el Niño”, siempre fue un niño del Atleti y siempre soñó con subirse a la Fuente con el equipo de su vida, el de sus amores .
Sus palabras entre sollozos nos rompieron el corazón y todos rompimos a llorar, sobre todo los que alguna vez hemos sido injustos con uno del Atleti, porque Fernando es el Atleti y su legado ya será para siempre.
Foto: Rubén de la Fuente
22 mayo, 2018
muy honrado por parte del autor reconocer todo esto
22 mayo, 2018
Torres es puro Atleti, no se como hay gente que dudaba de él
23 mayo, 2018
¿Cuándo volveremos a tener otro Torres?
26 mayo, 2018
Torres es uno de los nuestros no lo dudeis nunca, siente al Atleti como cualquiera de nosotros por eso se merece el mayor de los respetos.