Huracanes y veletas

Es curioso como la vida, con tiempo, siempre acaba poniéndole a cada uno en su lugar. Me lo dijeron hace años y no me lo creí. Hasta ahora. El Atlético de Madrid ganó al Valencia por tres goles a uno en un partido que empezó perdiendo y tuvo que remontar, algo tremendamente difícil, y que debería ser elogiado, para un equipo que, en “su” teoría, solo defiende. Ganó el Atlético de Madrid que sigue líder con un colchón de 7 puntos sobre su inmediato perseguidor y un partido menos. Ganó el equipo que ha sumado 12 puntos más que el año pasado a estas alturas (con un partido menos.)

Los de Diego Pablo Simeone continúan en una racha triunfal por la Liga, con el viento a favor. Un viento que debe soplar muy fuerte puesto que las veletas ya no saben dónde apuntar para tratar de minusvalorar lo que el argentino y sus muchachos están consiguiendo. Así, los que a principios de temporada señalaban que Suárez no estaba para jugar en un grande, ahora afirman con una rotundidad catedrática que son los goles del uruguayo los que están salvando a los rojiblancos. Los que aún siguen recitando el mantra de que el Atleti solo defiende son incapaces de valorar que es el segundo equipo más goleador de la Liga. La misma caterva que inundó los medios con el mensaje que achacaba los éxitos rojiblancos a las ayudas arbitrales, por un penalti que fue y se señaló, ahora hace mutis con la acción sobre Lemar cuando el partido iba en tablas. Los mismos que se burlaban del Cholo por excesiva, o falsa, humildad cuando el argentino afirmaba que solo una mala temporada de Barcelona o Real Madrid podía acercar a los rojiblancos al título, utilizan este argumento para ningunear una racha colchonera que, de seguir así, acabaría con el Atlético de Madrid en lo más alto de la tabla y con cien puntos en su casillero.

Y pam, pam, pam. Las veletas se siguen moviendo tras cada parada de Oblak, cada corte de Savic o cada vez que Koke reparte juego y biberones a todos los que aún siguen ninguneándolo. Las redacciones de toda España paran rotativas y cambian el mensaje a transmitir tras cada balón que el jubilado Suarez incrusta en el fondo de las mallas. El Atlético, que no tiene a Neymar o Messi y tiene que vivir de descartes canteranos del Madrid o de las prejubilaciones del Barcelona, pasa de campeón a favorito o a candidato en función de si los suyos ganan, empatan o pierden esa jornada.

El Atlético de Madrid 20/21 se ha revelado como el huracán que está dejando sin argumentos a propios y extraños. Los que hablaban de fin de ciclo, ahora disfrutan. Los que afirmaban que no se jugaba a nada, se esconden. El que hablaba de ir partido a partido, continúa: “Cádiz.”

Foto: Getty Images

Autor: Marcos Martín

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