“Y el Atleti fue campeón, todo el mundo se alegró.” Dice un cántico frentista. Y tiene razón, la semana pasada ningún rojiblanco estaba triste. Al contrario, todo era un cúmulo de alabanzas y saques de pecho. “Todo el mundo se alegró” incluidos los que daban por muerto al equipo en febrero. Incluidos los que, con el equipo líder, dependiendo de sí mismo y con una primera vuelta apoteósica aún caliente, vaticinaban un ridículo que solo se dio en sus cabezas carentes de una conexión sináptica correcta. Que sí, que fueron felices. Todos. También los que llevan tiempo anunciando que Simeone no volvería a ganar nada, que era un cagón y que cobra demasiado. Esos fueron los primeros en llegar con cara sonriente el lunes a la máquina de café.
Y chillaron, se dieron golpes en el pecho y casi se parten la camisa cuál Camarón con el gol de Correa. Esos que firmaban con los ojos cerrados un traspaso del argentino para traer a Rodrigo Moreno. Los que no entendieron las pancartas de apoyo (normal que no lo entiendan, la sinapsis…) y que el día del Betis soltaron toda su frustración contra un jugador que ha dado todo lo que tenía, y más, defendiendo esta camiseta.
Y aplaudieron. Y pasaron la foto de Koke coronando a Neptuno por todos los grupos de Whatsapp habidos y por haber. Y hablaron de “su capitán” los que durante demasiadas jornadas silbaron a un jugador que está rompiendo todos los registros que se le ponen a tiro en el Atlético de Madrid.
Y recitaban de carrerilla el himno, la canción de Leiva, el “nunca dejes de creer” y todos los lemas que iban viendo en cada bufanda que sacaban del cajón, porque había que ir a Neptuno. Aunque llevaran tiempo diciendo en sus corrillos que no confiaban, que así no se jugaba al fútbol, que el equipo se echaba atrás o que a la plantilla le faltaba carácter ganador. Aunque durante meses pusieran un “pero” en cada pancarta, cada recibimiento, cada arenga de un grupo de hinchas que no dejó de creer, porque “¿para que vais a animar a un grupo de millonarios?”
“El Atleti fue campeón, todo el mundo se alegró.” Y todos los debates cesaron. E incluso hubo vídeos que desaparecieron de Youtube misteriosamente. Y el cuerpo técnico que dejó a River en último lugar asombrosamente salió primero en el Atlético de Madrid. Y Suárez, ese que decían se había borrado para llegar al 100% a la Copa América, apareció cuando mas se le necesitaba. Y entonces volvió a ser el delantero mas grande de todos los tiempos, y Simeone un crack que había anticipado la “zona Suárez.” Y a cierto estadio le debió hacer muy feliz que su deseo, manifestado un año antes, se cumpliese.
Aquí se cierra una temporada en la que ha sucedido de todo y de la que muchos deberían aprender que ciertos valores y actitudes están muy por encima del resultado final. “El Atleti fue campeón, todo el mundo se alegró” pero algunos más que otros. Los que disfrutaron, saborearon cada punto y sufrieron cada traba. Los que pegaron golpes a los muebles tras cada gol al borde del abismo o después de una parada antológica de Oblak. Los que se mantuvieron fieles a los suyos y se sentaron a remar junto a ellos cuando todos los pronósticos (de los que dicen que saben) vaticinaban un naufragio que nunca se dio. Los que, lejos de las gradas, siguen viviendo la vida en rojiblanco. Esos, amigos, joder que sí se alegraron.
Foto: IMAGO
1 junio, 2021
Muy buen artículo y de acuerdo en todo. En estas mismas páginas escribí antes de Osasuna y Valladolid que aunque no ganásemos el título en realidad ya habíamos ganado y ya deberíamos sentirnos orgullosos.
Si te detienes a pensar el peso que tiene la «arbitrariedad» (eso pretende ser un chiste) en ganar o perder un título es inmenso, si hubiera entrado ese tiro al palo, si no le dan por bueno al Madrid ese gol ilegal etc etc ..
Pero lo que depende de nuestro equipo que no es «arbitrariedad» como el esfuerzo, el compromiso, la fé y los valores no da lugar a ningún género de duda, por eso decia que ya habiamos ganado aunque perdiéramos la liga.
Saludos