Este año si

La imagen está grabada a fuego en el recuerdo de los millenials. Entre otros, sujetaban aquella pancarta añeja Toni Muñoz y Caminero. “Este año si”. Sin tilde ni nada. Y una copita al lado que parecía dibujada que representaba  el campeonato de Copa alcanzado frente al Mallorca. La fotografía permanece imborrable en la memoria de todos aquellos que rondamos los treinta. Porque fue la primera vez que festejamos. Y éramos niños. Y estábamos en nuestro estadio. Tal vez por eso aquellas simples palabras guardan un significado especial para nosotros. Tienen un valor añadido que los demás no comprenden. Este año si.

¿Quién de vosotros no las ha pronunciado a lo largo de su vida mientras pensaba en aquella estampa de mayo del 96? Y no digo hablando de fútbol, sino de trabajo, del viaje de tus sueños o de ese verano en el que te ligaste a la muchacha del pueblo que tanto te gustaba. Este año si. Y esbozabas una sonrisilla que nadie entendía mientras te venía a la cabeza la celebración loca del Cholo tras el gol al Albacete.

Pues… este año puede ser que sí otra vez. Porque con un Real Madrid sin gol, sin ideas, sin ruta y sin ganas, un Valencia en guerra civil, un Sevilla debilitado por las bajas, y lo más importante, un Barcelona obsesionado con la Champions League -y sin Messi hasta Dios sabe cuando-, el Atlético se posiciona en un lugar privilegiado para pelear por el campeonato de Liga. No es un obligación, ni un deber, es solo un deseo. Pero un deseo realista.

Solo han sido tres jornadas, pero el colchón de puntos ya está ahí. Y las sensaciones también. No son pocos 4 al Madrid y 5 al Barcelona sabiendo además que, en dos semanas, hay derbi en el Metropolitano. La brecha puede aumentar, y si el Madrid tiene que volver a tirar la Liga en noviembre para jugarse el año en Euopa una vez más, lo hará. Lo del Barcelona, tras dos años de tragedias (más bien tragicomedias) continentales, ya es una cuestión personal. De Messi, concretamente. Su obsesión por la Champions es tan evidente como que la Liga ya no tiene hueco en su escala de prioridades. Tampoco nos extraña. Tiene diez. Y le resbala.

A la coyuntura ajena hay que sumarle la propia. Equipo muy bien reforzado, con competencia en casi todas las posiciones, exigencia máxima desde el principio, un buenrollismo en el vestuario que no se percibía desde hace años y un comienzo prometedor. Por eso, esteañosi, el Atlético tiene un escenario favorable para volver a ver al Cholo en éxtasis, correteando por el campo como en aquella tarde del 96. Ahora en traje, no en calzones. Todos hemos crecido.

Autor: Dani Sanabria

Periodista de Mundo Deportivo. Social Media Manager. Especialista en running y trail running.

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2 Comentarios

  1. No sólo para los millenials, los que ahora rondamos los 40 tampoco lo habíamos vivido hasta entonces. Toda una experiencia. Lo malo del Atleti es a la vez lo bueno, y viceversa: un equipo campeón que, lamentablemente, no gana ligas con frecuencia. Eso le hace no estar tan exigido, y nos hace disfrutar cada título como si fuera un regalo. ADN campeón, pero los pies en el suelo, ese es el secreto.
    Gran artículo Daniel!

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  2. Bueno, hablar de los rivales es siempre importante, pero lo que nos debe preocupar es cómo estamos nosotros. No solo en lo que podemos ser, si no en lo que realmente somos.
    Somos un equipo en construcción. Ese debe ser nuestro primer punto de partida.
    Con muchas dudas en todas sus lineas, pero lo fundamental debe ser crecer desde la defensa. Hacerla solida y que se sienta protegida por el medio campo y la presión de la delantera al equipo rival. Ser equipo.
    Las declaraciones de ayer de Simeone van en ese sentido. «Sabemos lo que tenemos y lo que hay que hacer».
    Nos hacen goles en rebotes, rechaces que les caen al contrario. Y eso no es solo casualidad. También es falta de seguridad. Lo de ser contundentes es razonable, pero no siempre es buena la solución de sacar el balón de un pelotazo. Aunque los pegue hasta Piqué.
    Cuando hay un rechace, muchas veces se puede hacer orientado, que eso se entrena. Luego eso que aparece como una forma tranquila de sacar el balón no es más, muchas veces, que seguridad.
    Yo confio en Simeone, ya que es el único que puede ensamblar este equipo. Esto no lo digo por los resultado obtenido, lo hago como medida de seguridad en el futuro. De que va a ser así.
    Los automatismos aparecen cuando hay seguridad en el equipo. Cuando esto sucede los equipos son sólidos y los aficionados disfrutan. No necesitan elogiar a un jugador determinado que aparece ese día como el mejor del partido. No, primero elogian al equipo y después al jugador. Cuando esto sucede, que se elogia al equipo, es sinónimo de que se juega con criterio sin importar la contribución de jugadores en particular.
    Si Oblak ha sido el mejor, malo.

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