Tenía pensado hablar esta semana del ultimo mercado de fichajes. Comentar la salida de Thomas y el cuadro en el que se ha convertido la plantilla del primer equipo, pero eso sería hablar de futbol y, claro está, traicionarme a mí mismo. Porque aquí se ha venido siempre a hablar del Atlético de Madrid, de esa forma de vida que no solo tiene que ver con lo que pase cada fin de semana en un terreno de juego y sí de lo que un Club de futbol es capaz de transmitirnos para afrontar el día a día.
El sábado el Atlético de Madrid femenino recibía en Alcalá al UDG Tenerife en un nuevo encuentro liguero, el primero como locales este año. El partido nos dejó una de las imágenes del año, uno de esos momentos que suelen pasar desapercibidos pero que José Bretón no quiso que nadie se perdiera. Corría el minuto 80 cuando Amanda Sampedro era sustituida y caminaba hacia el banquillo, un banquillo en el que se encontraba Virginia Torrecilla. La mallorquina, que lleva meses luchando contra esa maldita enfermedad que todos conocemos y a la que hemos visto llevarse a nuestros seres más queridos, lucía un aspecto de guerrera que impresionaba. Porque la lucha es así, implacable, dura y transparente.
La idiosincrasia rojiblanca siempre ha consistido en pelear. Aunque el rival sea más duro, tenga más armas o todo el apoyo mediático, jamás se bajan los brazos. Torrecilla puede decir, bien alto y contundente, que representa esa esencia del “combato y me levanto.” La vida golpea implacable pero solo los elegidos son capaces de levantarse, mirarla fijamente y seguir empujando.
El beso de Amanda fue el beso de todos. El beso de la hinchada rojiblanca que desde cualquier punto transmite su fuerza y apoyo a quien en estos momentos está jugando, y peleando, el partido de su vida. “No le habléis de resistir, es Atleti de Madrid.”
Foto: José Bretón
13 octubre, 2020
Marcos, ¿No has visto el video?
Yo lo vi en el digital de AS. Es una pasada de como llega Virginia Torrecilla al campo, la entrada al vestuario donde esta su nombre en una de las paredes. Creo que la llaman en el equipo «VIR», como diminutivo. Luego el partido y el vestuario de nuevo. Todo alrededor de ella. Me encantó.
Está en AS por si lo quieres ver.
13 octubre, 2020
El comportamiento de la capitana Amanda está siempre a la altura de las circunstancias, no solamente con Virginia Torrecilla, sino con las otras cuatro jugadoras que, como una plaga de Egipto, han caído lesionadas de gravedad. El resto de compañeras también han respondido haciendo una piña, como se puede ver en las imágenes del vídeo al que alude Florencio (aunque he preferido verlo en la web del Atleti).
Este equipo es un ejemplo de lucha y pundonor, lo que le ha llevado a conseguir 3 Ligas y una Copa del Rey en tres temporadas, superando a rivales del nivel del Athletic y del Barça.
Sin embargo, en la pasada temporada y en esta, se están haciendo cosas que no me gustan y que me recuerdan de manera sospechosa a las que se hacen en el equipo masculino, y andar por ese camino puede ser peligroso.
14 octubre, 2020
Che, la verdad es que mejor lo hubiera visto en la pagina del Atletico y así me habría ahorrado un disgusto.
Hay supuestos aficionados del Atletico que entran en esas noticias de AS y como en este caso en lugar de preocuparse por el estado de salud de esta chica, sueltan el que «El partido fue muy mediocre» o algo así.
No entiendo esa falta de sensibilidad.
Hay un caso dentro de la vela olímpica que sucedió con Santi Lange, un argentino que en 2008 un mes antes de la cita olímpica en Pekín le detestan un cáncer de pulmón. No pudo participar. En su recuperación se dio un golpe y perdió la visión de un ojo. Le ocurría de todo. Yo le dije una vez «Santi, tu vas a la guerra y te pegan todas las balas».
Siguió compitiendo y llegó a Brasil representando a Argentina en la clase Nacra 17.
Se puso líder el cuarto día, y el ultimo día en la ultima regata le penalizan en la segunda boya. Yo no me lo podía creer.
Pero se sucedieron unos resultados en la llegada que le dieron, de carambola, la medalla de oro.
Siempre hemos estado en equipos rivales, como decimos.
Pero ha sido una de las grandes alegrías de mi vida.