La situación de Antoine Griezmann ha adquirido tintes dantescos. Su decisivo gol contra el Porto ha hecho explotar un caso que empieza a ser un bochorno. Resulta incomprensible que un entrenador no pueda sacar a un jugador más de 30 minutos porque su club no quiere desembolsar el dinero que acordó pagar el pasado verano. Créanme: estoy convencido de que Gil Marín se acabará saliendo con la suya. Llama la atención que el Barcelona intente amedrentar con una demanda a un tipo que decora su pared con sentencias de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo. Da la sensación de que en Can Barça se están moviendo a la desesperada, conscientes de que perderán un dinero casi garantizado. Al final, ambas partes se sentarán y acordarán una cantidad a la baja.
Pero el precio de este espectáculo es mucho mayor que los billetes que le dará Gil al club azulgrana. El Club Atlético de Madrid no quiere a Antoine Griezmann. Eso es un hecho evidente. En las oficinas del Metropolitano creen que su salario y su valor de mercado no se corresponden con su edad y su rendimiento. Desde esa perspectiva, no puedo estar más de acuerdo. Durante este inicio de curso, Griezmann se está destapando como un futbolista útil saliendo desde el banquillo. Sin embargo, su pésimo nivel la pasada campaña, unido a su nefasta etapa en el Barcelona, hacen pensar que una operación de 40 millones (sueldo aparte) por un suplente es una ruina económica y deportiva para la institución.
Las razones son comprensibles, pero no las formas. A partir de ahí, el Atleti tenía varias opciones para gestionar la situación. La más sencilla y lógica era no ejecutar el segundo año de cesión. Una decisión con sentido, visto el rendimiento del jugador en la 21/22, aunque no contaba con el beneplácito de Diego Pablo Simeone. Cabría la posibilidad de que el club hubiera intentado contentar a su técnico. Pero si eso fuera cierto, nada de esto estaría sucediendo. Al Atlético de Madrid no le interesa el criterio del ‘Cholo’. Jamás lo hizo. De haberlo hecho, habrían pagado los 40 ‘kilos’ que negociaron en agosto de 2021. De haberlo hecho, habrían traído un central, un mediocentro, un lateral derecho y un delantero de garantías. Sin embargo, eso no ha pasado.
Con esta situación, el Club Atlético de Madrid está reflejando lo que todos sabemos desde hace 35 años, cuando Jesús Gil asumió las riendas de la entidad. Ni a Miguel Ángel Gil ni a Enrique Cerezo les interesa lo más mínimo el rendimiento deportivo del equipo, más allá de garantizar siempre los ingresos que otorga la Champions. Poco importa si, por el camino, hay que sacrificar la planificación de un entrenador que vive atado de pies y manos y que es el blanco de todos los ataques. Tampoco es relevante arrastrar la reputación de una institución centenaria, prestada a los tejemanejes de dos delincuentes a los que nadie canta ni critica. Es la Forbes, estúpido. Eso es lo único que les ocupa. Y todo, como siempre, a costa de los intereses del Atlético de Madrid.
10 septiembre, 2022
Bueno, el Cholo también tiene mucho que ver en este esperpento. Y no le va tan mal con los dirigentes del club, ya que cobra más que ninuno, y nunca se ha planteado el irse. Bien está que se critique a los dueños, tienen mucha culpa de todo lo bueno y lo malo, y también son los responsables de que el Cholo siga en el club.
10 septiembre, 2022
¿A quien le sorprende ese criterio de la directiva?. Lo llevamos viendo décadas y años escribiendo sobre eso.
Nunca podrán agradecer a Diego Simeone lo que ha hecho por ellos.
Ahora, tras la pandemia, es peor porque se han dado cuenta que no necesitan a la afición ni para salir campeones de Liga.
12 septiembre, 2022
Decía una canción de Def con dos que la culpa de todo la tenía Yoko Ono, pues en el Atléti la culpa de todo parece tenerla Simeone. Hasta lo de Griezmann es una cosa suya. Ahora bien de qué un club que no se baja del tercer puesto en su liga y que ha jugado Champions los últimos diez años (de eso sí que es culpable el Cholo) no tenga dinero suficiente para hacer un fichaje decente y que andemos haciendo juegos de trileros, la SAD no debe de tener ninguna responsabilidad.
Otra canción decía que no es amor, es obsesión. Qué Simeone gane lo que gana no es culpa suya, por cierto salvo al profe Ortega que es empleado del club Simeone paga a tdo el staff técnico, es de quién se lo paga de igual forma que Joao no tiene la culpa de que hayan pagado por él 120 millones.
Es cansino rener que oír la misma cantinela día sí y día también.