Si fueras Griezmann, ¿qué harías?

«Antoine Griezmann sufre un esguince de tobillo de grado moderado«, éste era el parte médico que emitió el Atlético de Madrid hace sólo siete días sobre su delantero. Una lesión jodida, de esas que llegan en el momento menos indicado y que, por mucho que nos empeñemos, hará que el principito no esté mañana en San Mamés.

Cualquier aficionado del Atlético de Madrid se agarra a un milagro de los fisioterapéutas, al tratamiento de los doctores y a esas infiltraciones que hacen que pueda jugar con soltura. Incluso a la famosa gitana que tira las cartas. La realidad es que nesitamos algo más que magia divina para que el tobillo de Griezmann se tome un respiro, recupere la movilidad y pueda jugar aunque sea con molestias.

Todavía tengo el recuerdo de Diego Costa corriendo entre lágrimas hacia la banda en Lisboa después de creerse el cuento de la placenta de caballo. Sé que si Griezmann mañana le dice al Cholo que puede jugar, aunque sea con dolor, jugará. Sin embargo, ahí es cuando el equipo sanitario y los asesores de Simeone tienen que poner a ambos los pies sobre la tierra y hacer ver que es mejor un tipo sano como Correa a Griezmann. Esta vez nos jugamos la vida y sólo quedan 90 minutos.

Pero claro, en esta encrucijada tampoco sé qué hacer. Creo que la simple presencia de Griezmann sobre el césped ya es un plus, tener al francés con una sola pierna ya es bastante más que el resto de la plantilla. Entendería que el Cholo arriesgara, que pusiera a Antoine de inicio y que metiera a Correa de refresco a partir del minuto 60 para que el argentino llegara con fuerza a una hipotética prórroga…

Por otro lado, está Antoine Griezmann. Se le ve loco con volver a ganar un título como rojiblanco, con llegar a esa final de Copa y hacer cosas bonitas como colchonero. Su cara tras el partido ante el Inter, mientras cojeaba, era un poema y lo primero que le salió fue «tranquilos, estaré para Bilbao». Es una obesión para él este partido. Sé que ha hecho todo para llegar y que seguramente se infiltrará. No sé si esto es bueno o malo para el futuro, pero dice mucho de su compromiso con la gente, sus compañeros y el club.

No sé qué haría si fuese Simeone, ni siquiera si fuese Griezmann. Recuerdo a Luis Aragonés en la Eurocopa de 2008, cuando Villa se lesionó en la semifinal, restar importancia y darle todo el protagonismo a Cesc Fábregas. Aquí no sé si haría lo mismo con Correa o moriría con Antoine sobre el césped. Sea lo que sea, estará bien. La fuerza del Atleti es el grupo y lo vamos a demostrar en San Mamés. Con o sin Griezmann. Mañana toca la revancha con nuestro escudo y de blanquiazul.

Autor: Antonio Rodríguez

Periodista digital, de papel o de lo que sea, pero siempre reinventándome. Escribo sobre lo que me gusta y lo comparto con vosotros. De Almería. Música y mucho Atleti. Si se cree y se trabaja, se puede.

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