Llevaba tiempo sin vivir el futbol así: de pie, pegado a la tele y dando paseos por el salón. Después de que los dramaturgos de bufanda rojiblanca pronosticaran una victoria holgada y rotunda en diciembre, y que, estos mismos, apostasen porque el equipo no entraría ni en Liga de Campeones en febrero, solo queda esto: bailar un tango con el infarto cada jornada, de aquí hasta el final.
Porque la perspectiva, tan necesaria a la hora de valorar, se ha perdido. Solo importa el aquí y ahora. Los mismos futbolistas que “ganaron” una Liga en la primera vuelta, ahora son carne de cañón y van a protagonizar el mayor bochorno histórico del club. El mismo técnico que tiene el porcentaje más alto de victorias en primera división, en toda la historia, es un cagón y perdedor. Se cuestiona la profesionalidad y el sentido de pertenencia de quienes siguen aquí, rechazando en el pasado suculentas ofertas económicas y deportivas. No importa nada, solo el ahora. Y si mañana ganamos, el reloj de arena volverá a dar la vuelta para enunciar al mundo las virtudes y los logros de los mismos a los que, hasta hace poco, ponían pies de cemento.
Así, una plantilla que está ofensivamente sostenida por el delantero descarte del FC Barcelona, un mediocentro desechado por Zidane y convertido por Diego Pablo Simeone en jugador de ataque y un Ángel Correa al que se lleva años crucificando, depende de sí misma para ser campeona. ¿No les vale? Sigo: Una plantilla que se configuró en verano con el objetivo de quedar tercero en Liga (no lo digo yo, lo dice Gil Marín) está líder de la Primera División a falta de cinco partidos.
¿Sigue sin valer? No pasa nada, continuo: El Club que más ha notado el impacto del Covid en sus filas, comanda la clasificación nacional de Liga. Por no hablar de la injusta sanción a Kieran Trippier o los problemas físicos derivados del poco margen de gestión de plantilla provocada por las bajas Covid. Y con todo y con eso, LÍDERES.
Aquellos que creen que lo saben todo y que hablan de la historia del Atlético de Madrid como quién presume de las notas escolares de sus hijos en la puerta de catequesis, magnificando los notables y ocultando los cates, mejor lejos. Nunca fuimos de ese tipo de gente que necesita airear a los cuatro vientos sus logros para sentirse bien consigo mismo, nos basta con saber que tuvimos la suerte de nacer en el lado correcto de la vida.
Que no les cuenten milongas televisivas, no compren basura radiofónica y ni se les ocurra abrir un periódico en el que se vomitan mentiras y medias verdades: bufanda y Valium. Somos tan malos, tan perdedores y tan cagones que todavía tienen que mirar hacia arriba para buscarnos en la clasificación. “Ya caerá el Atleti,” como en 2014. Escudo en el pecho, cabeza alta y sonrisa furtiva, somos el Atlético de Madrid.
Foto: atleticodemadrid.com
4 mayo, 2021
Pues yo el sábado hice pella en el trabajo.
Ahora con las secuelas de esta miserable pandemia, en el negocio solo estamos trabajando la familia.
Mi mujer, nuestra hija mayor ya que la pequeña está en su historia, nuestro yerno, el consuegro, dos hermanos que llevan 35 años en la familia. Y prometía un buen día de trabajo con la playa casi a tope.
Aguanté hasta las tres, hora canaria, y les dije que me iba a casa a ver el partido. Que venía después.
La única persona que me reviró el morro, fue la de siempre. La jefa.
El ultimo minuto del partido, no sabía que hacer. No me lo creía.Si bajarme al garaje e irme trabajar, si apagar la tele o cambiar de canal. Aguanté.
Volví al trabajo, que ya estaba calmado según pude ver, y le dije a la jefa, «Tengo unas cocochas de bacalao, que deben de estar de escándalo» ¿Hacen, de cena esta noche?
Y es que este Atleti…..