Escrito Por José I. Fernández on Ago 24, 2015 | 3 Comentarios

«Jackson Martínez es un paquete, que salga Torres», fue un comentario que se escuchó de más de una boca este sábado en el Vicente Calderón. La mayoría de ellos no habrán visto al colombiano más que dos partidos. Los dos que nos enfrentaron al Oporto hace dos temporadas en Champions y en los que, por cierto, el colombiano nos marcó un golazo en O Dragao (ganando por alto al mismísimo Godín) y estrelló un larguero en el Calderón.

Vaya por delante que reconozco que ayer Jackson protagonizó un debut muy muy gris (casi negro). Fallón en algunos lances, incapaz de combinar con el medio campo, e incluso sin ser capaz de hacerse valer en una de las facetas donde más destaca: ganando balones aéreos y aguantando la posición. Sin embargo, para mí, el colombiano es un delantero que se adapta muchísimo mejor que Mario Mandzukic al juego de los del Cholo y que nos dará más alegrías que el punta croata. Al tiempo.

PACIENCIA CON ÓLIVER

Había ganas de ver a Jackson, como las había de ver a Óliver Torres haciendo de Arda. El chico estuvo bien, sin más. Pero pedirle que rinda como el turco es una exigencia que llevará mucho tiempo (Koke no fue Koke al día siguiente de irse Diego), y tampoco son el mismo tipo de jugador. Como diría alguno, Óliver aún es un poco «pecho frío». Aunque si hay alguien que puede convertir a este niño en un hombre, sin duda, es Simeone. Algo timorato en los balones divididos, cada vez que toca el balón destila clase. Y eso, a la larga, tiene que notarse.

FILIPE, COMO SI NO SE HUBIERA IDO

El otro «nuevo» era Filipe Luis. Pero como también dijeron muchos «parece como si este año no hubiera pasado». Al brasileño se le veían a la legua las ganas de agradar en su «rentrée» y estuvo sencillamente espectacular. Para mí, fue el mejor. Le eché de menos desde la primera jornada del año pasado. Su presencia en las dos áreas es constante y como tenía el día bullicioso aún se le vio todavía más de lo habitual en labores ofensivas. Levantó al público de sus asientos en una internada en los minutos finales en la que dejó sentado a un rival con un autopase y su disparo lo sacó a córner Lizoain. «Me alegro de que no haya metido gol», soltó un vecino de butaca. No hubo pitos, pero hay resquemor en algunos.

VIEJAS DUDAS

Volviendo al principio, criticar a los nuevos e intentar evaluarlos desde el primer partido es muy «del Atleti». O de España, no lo sé. Así, Falcao era torpe (cuando tardó 45 minutos en meter su primer gol); Arda era lento; Miranda perdía el sitio; o Diego Costa sencillamente no valía para jugar en el Atleti (reconozcamos que a este último le costó muy mucho explotar).

HABÍA GANAS DE ATLETI

Lo que también es muy del Atleti (de su gente) es amar a este equipo sobre todas las cosas y honrar el ritual de ir al Calderón cada día de partido. Me conozco a alguno que ya andaba por el estadio desde las dos de la tarde (Juanes). Otros hicimos previas más «humildes», de poco más de dos horas y media. Pero fue un placer poder volver a ver y a compartir tertulia y cervezas con un partido al final del camino a buena gente como May, Propan, Gomara o Santi Riesco.

¿Y EL PARTIDO? 1-0, GRACIAS

¿Y el partido en sí? Pues ganó el Atleti 1-0. Salió bien, con una bonita volea cruzada de Griezmann y un cabezazo fuera de Tiago en los primeros cinco minutos, lo que nos hizo creer en la goleada que muchos vaticinábamos (yo aposté por un 3-0), pero luego se desinfló.

El tempranero gol de Griezmann ayudó al equipo a entrar en fase REM. El Atleti encontró el premio que buscaba al cuarto de hora en una falta del francés que tras tocar en la barrera se comió Lizoain por el centro (1-0). Ojo, primer gol de falta para los rojiblancos desde octubre de 2012 (Falcao en Anoeta…).
Con el tanto los colchoneros se conformaron ante un Las Palmas muy bien plantado, pero inofensivo en ataque. A Oblak sólo se le vio en una gran estirada abajo un rebote creo que en Giménez después de que el Atleti concediera tres córners consecutivos al equipo amarillo. Con los once en el área, los rojiblancos no fueron capaces de defender con acierto ningún saque de esquina. No me pregunten por qué.

CORREA SÍ GUSTÓ

El cambio que tantos pedían, Jackson por Torres, ni se notó, mientras que la segunda parte sólo mereció la pena por ver a Ángel Correa. El argentino demostró más en cinco minutos que Jackson en una hora, en una bonita combinación con Filipe (con quién si no) tras marcharse de un contrario. Detalle de clase que vino acompañado de mucha hambre de balón y de mostrarse muy participativo. El chico promete.

COMIENZA LO SERIO… MUY PRONTO

Al final, lo mejor fueron los tres puntos para llegar con tranquilidad a dos puertos de primera categoría recién iniciada la carrera. Se puede pinchar en Sevilla y caer con el Barça, lo cual dejaría muy tocadas nuestras aspiraciones (que para mí son máximas). Pero también se puede ganar a ambos rivales, lo que nos colocaría con nueve de nueve y la confianza en que este equipo es capaz de todo. ¿Y lo es? Lo sabremos muy pronto.