Lemar y paso firme

El Atleti camina con paso firme por la Liga. Recibió al Valladolid en la jornada diez con rotaciones severas en la parte de adelante. Con el trascendental partido en Salzburgo en el horizonte, Simeone dio descanso a Koke, Llorente y Joao Félix, que, junto a Carrasco, lesionado, conforman la titularidad de la parte ofensiva. Para compensar regresaba Luis Suárez tras su episodio de coronavirus. La defensa permanece inalterable por falta de efectivos y Herrera volvió a formar pareja con Saúl en el medio. Los focos estaban sobre Lemar y Vitolo, que afrontaban así su enésima oportunidad.

Lo cierto es que el plan B del Atleti no fue un desastre, como en otras ocasiones, fundamentalmente gracias a Lemar, un jugador que está empezando a responder a la confianza desmedida de Simeone, que sabedor de su calidad, lo apoya en cada comparecencia de prensa, y, lo que es más importante, dándole más minutos de los que hubiera merecido por su rendimiento. Lemar jugó bien, en la posición de mediapunta, moviéndose con libertad, pidiéndola, atreviéndose, siendo preciso en los pases y en la construcción, tratando de hacer jugar al equipo. Junto a Correa y Suárez, al que se vio sin ritmo, fue el peligro del Atleti en la primera parte. La decepción fue Vitolo, que jugando por la izquierda se mostró dubitativo, impreciso, y su confianza se fue minando tras cada pérdida. El Valladolid plantó cara con orden, con garra, ocupando bien los espacios en defensa, sabiendo salir para enseñarle a los de Simeone que no iban a estar permanentemente encerrados. El Atleti no concedió pero tampoco generó, atascado en la creación con Herrera lento y Saúl muy lejos del nivel que se espera de él.

En la segunda mitad un solo cambio empezó a virar el rumbo del partido. Entró Llorente por Vitolo y el Atleti ya fue otro, más ambicioso, más constante, más contundente. Es un fenómeno extraordinario Marcos Llorente, un jugador asombroso, difícilmente imaginable hace unos meses. Llorente acongoja rivales con su potencia descomunal, vertical, profundo, un jugador que ha pasado de ser un mediocentro más a un atacante sin parangón. Uno de los grandes descubrimientos de Simeone. Le dio un pase a Trippier al espacio que sirvió para que el inglés prolongase al segundo palo donde apareció Lemar para hacer el primer gol del partido. Fue un gol importante que dejó un mensaje muy significativo en la forma en la que el equipo celebró el gol con el francés, todos y cada uno fueron a abrazarlo con el cariño con que se abraza a un hijo que ha vuelto, después de tanto tiempo.

Con el marcador a favor, el Atleti jugó a placer. Dominó el partido en todas sus fases, ataque, centro, defensa. Con Koke y Joao en el campo, la pelota alcanzó la ligereza que se necesita para provocar el peligro y en un contragolpe de dos toques, Oblak y Trippier, apareció Llorente con una carrera fulgurante para plantarse frente a Masip y batirlo con la suficiencia de un nueve aniquilador. Entraron también Kondogbia y Torreira, que van sumando los minutos que necesitan para entrar en la dinámica del equipo. Dos goles, descansos, rotaciones, tres puntos, un plan perfecto para afrontar la semana más importante en lo que resta de año. Viene Salzburgo y la Champions y viene el derbi después.

Foto: Getty Images

Autor: José Luis Pineda

Colchonero. Finitista. Torrista. Nanaísta. Lector. Escribidor a ratos. Vivo en rojiblanco.

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