El Atleti de las mil caras

Todos esperábamos en Villarreal el refrendo de los dos buenos partidos que había jugado el Atleti en el nuevo año, la solidez que parecía regresar tras el cambio de sistema, la concentración, intensidad, presión. Pero el efecto de año nuevo se apagó demasiado pronto, los de Simeone volvieron a ser ese equipo imprevisible que ofrece mil caras distintas en un partido y como resultado de todas ellas, la peor, la de la inconsistencia, la duda, el equipo que no sabe realmente a qué quiere jugar.

El conjunto de Emery comenzó dominando el partido de cabo a rabo. Con casi un ochenta por ciento de posesión de balón, sometía al Atleti en su campo y el ambiente del partido no auguraba nada nuevo para los colchoneros. En estas, por esta ley imprevisibilidad el fútbol, Correa hizo el gol de su vida. Robó una pelota a Parejo sobre la línea de medio campo, y pegó un zapatazo para batir a Rulli adelantado. Un golazo soberbio del argentino que ponía por delante a su equipo de una manera inesperada. Uno de esos goles destinados a ganar partidos, a marcar tendencias, a que queden reseñados de alguna forma. Pura ilusión. El Villarreal, y también el Atleti, siguieron como si aquel gol no hubiera existido. No aprovechó la ventaja el equipo visitante, no supo gestionarla, como tantas veces está sucediendo en esta temporada. Y de pronto se encontró con un penalti en contra. Oblak paró y el rechace lo recogió Parejo que hizo gol de manera un tanto extraña. Entró el VAR para decir que se había ayudado con la mano y el Atleti tuvo ahí la segunda aparición divina en lo que iba de partido. De nuevo, sin merecerlo, sin esperarlo, seguía ganando el partido. Tampoco supo aprovecharlo y acto seguido Pau empató recogiendo un rechace que había dejado muerto Oblak en una jugada inusual en él, pero no tanto en estos últimos tiempos.

La segunda parte no fue un revulsivo ni un cambio, fue más de lo mismo, la pelota para el Villarreal, las dudas para el Atleti, que no sabía si ir o esperar, con un De Paul fallón en el centro del campo, con unos defensas bastante flojos que transmiten su inseguridad como una corriente fatídica por toda la columna vertebral del equipo. Así vino el gol que adelantó al conjunto amarillo. Una duda en el bote de Kondogbia, un pase interior en el que Alberto Moreno entra con insultante facilidad entre Felipe y Hermoso. Dos a uno.

Con el resultado en contra, Simeone hizo un triple cambio. Entraron Vrsaljko, Joao y Koke y fueron al banquillo De Paul, Cunha y Lodi. Ahí emergió la mejor cara del Atleti. Tal vez porque las circunstancias apremiaban, el equipo dio un giro completo al sentido de su juego. Empezó a combinar en campo contrario, Koke fue Koke, Lemar apareció, Carrasco, cambiado a banda izquierda, rompía hacia la línea de fondo y el peligro comenzó a instalarse en las inmediaciones de Rulli. Así empató Kondogbia, recogiendo un rechace en la frontal que había dejado el portero argentino a disparo de Correa. Y así pudo ganar el partido el Atleti, en una jugada e la que Lemar remató a bocajarro dentro del área y la pelota se fue arriba por poco.

Pero el Atleti de la buena cara, ese que atacó tanto como para hacer olvidar por un momento la desastrosa defensa, duró poco, no lo suficiente para ganar un partido que era esencial. Al final fue un punto, que visto lo visto, puede darse por bueno.

Foto: atleticodemadrid.com

Autor: José Luis Pineda

Colchonero. Finitista. Torrista. Nanaísta. Lector. Escribidor a ratos. Vivo en rojiblanco.

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4 Comentarios

  1. Este equipo, tiene una enfermedad incurable. Nunca entenderé porque de 3 partes de un partido, siempre tira 2. Así es difícil puntuar de 3 en 3.
    Tampoco entiendo como se mal utiliza a los jugadord, poniéndoles a jugar fuera de su sitio, consiguiendo de ese modo un rendimiento escaso del profesional.
    Creo que el entrenador de nuestro equipo, es anticanterano. De todos los canteranos que ha tenido el Cholo, sólo quedan Koke, y Jiménez, todos los demás se han ido por la razón que sea.
    Otros equipos como el Barsa o el Madrid, no dudan de sus chavales, y cuando es necesario les sacan sin problema.
    El Barsa con todo eso, sólo tiene un punto menos que nosotros.

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  2. Cuando se refieren a sacar jugadores de su posición, se refieren a poner a Llorente de medio ofensivo o delantero y que se hinche a marcar goles y dar asistencias, será eso.
    Dar a Joao sale gratis, protestar al árbitro mazas cuesta la expulsión, en un partido de dos amarillas, curiosamente al mismo. Otro partido más sin poder contar con un jugador por la labor de los trencillas, curioso.
    Lo anterior no justifica que el Atleti se despachara una hora infumable.

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  3. El equipo empieza bien situado. Que el rival tenga el 80% de la posesión debe dar lo mismo mientras el equipo continúe bien colocado, esperando una contra. Pero lo que ocurre es que el equipo, en un momento determinado, se descompone, pierde la colocación y la concentración, y la posesión del rival se convierte en un suplicio.
    Por si fuera poco aparece la sombra del Pupas. Se consigue salvar milagrosamente del empate en un penalti estrambótico y dos minutos más tarde nos marcan un gol de comedia, por no hablar del penalti absurdo que comete Lemar.

    Esta es la temporada más difícil del Cholo, esa en que los videntes del fútbol calificaban sin pudor alguno a esta plantilla como la mejor de la historia del Atleti y que de la misma forma, llevan desde hace meses dando por perdida la Liga.

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  4. La mejor plantilla no es, pero supera con creces a la del año pasado, y la actual temporada es horrorosa.

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