El resultado no hizo justica a lo que fue el partido y el Atleti, pero pudo haber sido peor. Qué cosa absurda hablar de justicia en el fútbol, es algo así como hablar méritos en la escala social, una cosa ridícula, por más que estemos todo el tiempo recurriendo a ella. Simeone dispuso un once en el que todos coincidieron que se parecería mucho al equipo ideal, pero ahí faltaban Saúl, con su buen arranque de temporada, Kondogbia, que fue al banquillo tras dos actuaciones soberbias, Joao, que todavía no está o De Paul, que va poco a poco tomando la forma. Eso habla a las claras de que el Atleti tiene un gran equipo, y así lo demostró desde el minuto uno.
En frente estaba el Villarreal de Emery, un equipo que no se sonroja en defender con todo cuando tiene que hacerlo y el Metropolitano suele ser uno de esos lugares. El Atleti metió al conjunto amarillo atrás de una forma aplastante, con la presión alta, con la energía desbocada que no había tenido en los primeros partidos, dando un auténtico recital de fútbol ofensivo. Llorente lanzado ya por fin con Trippier por la derecha, Carrasco por la izquierda, con Angelito Correa cayendo y descolgando una y otra vez, ya con la referencia de Suárez, al que todavía se le vio un tanto incómodo en el partido, pero, sobre todo, con la omnipresencia de Lemar por dentro, un futbolista que es el pegamento perfecto para el fútbol ofensivo porque siempre se gira, encara, divide, encuentra la jugada hacia adelante. Koke sostenía solo el medio centro y el equipo castellonense salvaba los muebles como podía.
Rulli, Mandi, Foyth fueron las estrellas del Villarreal, achicaban permanentemente el asedio, pero las ocasiones llegaron, varias de ellas muy claras: un cabezazo picado de Trippier que sacó bajo palos Mandi, un tiro cruzado de Correa después de un sombrero mágico y sobre todo, un disparo a bocajarro de Lemar tras una jugada espectacular que atajaron entre el portero y el palo. Al descanso, los de Emery habían salvado el resultado y eso era un triunfo enorme tal y como se había desarrollado el partido.
En la segunda parte, como era fácil prever, el Atleti bajó el ritmo y el partido cambió de dinámica cuando el Villarreal, en la primera vez que salía de la cueva, hizo gol. Fue una jugada por la derecha en la que Yéremi Pino se aprovechó de la poca contundencia de Carrasco y Hermoso y se metió en el área dejando un pase atrás a la frontal, donde Trigueros enganchó un disparo seco de derecha. Oblak, muy tapado, puso mano blanda y los visitantes se frotaban los ojos para darse cuenta de que era el minuto cincuenta y dos y estaban ganando el partido.
En cuatro minutos empató el Atleti, en una jugada que al año pasado se repitió muchas veces. La ambición de Llorente aprovechó el error y robó, Correa asiste y Suárez, siempre en su sitio, con un solo toque y esa voracidad infinita del goleador insaciable, batió a un portero que hasta entonces parecía inexpugnable. Pero el partido ya era otro, el Villarreal se acomodó mejor a él y sus posesiones, ante la menguada presión rojiblanca, le iban dando tiempo y pulso. Llegaron los cambios, Simeone metió a Saúl y De Paul y justo después, en un desajuste defensivo entre Savic y Giménez, el Villarreal golpeó de nuevo. Fue uno de los flamantes fichajes amarillos, Danjuma, a quien el Metropolitano parece dársele bastante bien y cuenta sus visitas con golazos.
Debutó Cunha, entró también Kondogbia y Lodi muy al final. El Atleti lo intentó, pero ya sin la fuerza del principio. El Villarreal especulaba, ahora sí, con comodidad. Todo parecía perdido, una nueva derrota injusta, ese calificativo que es absurdo pero paliativo en el fútbol y entonces, por una vez, la fortuna le sonrió a quien le suele dar la espalda. Saúl pegó un pelotazo cuando se cumplía el último segundo del añadido y Mandi tocó de cabeza hacia atrás para su portero que, incomprensiblemente, estaba desplazado a la izquierda, hubo un suspiro, un paso de Rulli a por una pelota que se metía dentro, un resbalón y al final, el grito de júbilo de una hinchada que recuperaba el invicto de aquella manera tan poco acostumbrada. El punto fue casi como una victoria.
TEXTO: JOSÉ LUIS PINEDA
FOTO: IMAGO
30 agosto, 2021
Hace muchos años, que no veía jugar tan bien al atlético. Jugando así, se ganarán muchos puntos. Saben lo que pienso del Cholo, pero ya que el club ha decidido su continuidad durante los próximoos tres años, le deseo al Cholo toda la suerte del mundo, y, también claro, en el aspecto deportivo; eso será que al atlético le irá bien.
30 agosto, 2021
Jugando tan bien como dices estuvimos a un tris de palmar…
Eso de «jugar bien» es producto de los medios de comunicación y su labor de lavado de cerebros, gota a gota continuamente, resulta que jugar bien es palmar o empatar pero tocarla hasta la saciedad como cierta selección.
Valorar el partido del Villarreal que llegó dos veces y dos goles.
Por otra parte, qué es lo que pasa para que últimamente salgamos a bronca por partido, es casualidad, eso espero, pero me escama y bastante.
30 agosto, 2021
El Villarreal hizo un gran planteamiento de partido, una defensa férrea y aprovechando al máximo las pocas ocasiones que tuvo. Le dio al Atleti a probar de su propia medicina y a punto estuvo de llevarse los tres puntos.
Esta vez hubo suerte, pero la mayoría de los rivales le van a jugar así al Atleti. No se pueden lanzar 16 córners y no rematar a portería en ninguno de ellos. Si no mejora la eficacia de cara al gol, el equipo lo va a pasar mal porque la defensa ha bajado un par de puntos respecto a temporadas anteriores.
Por otra parte, es preocupante que ni el árbitro ni el VAR vieran el penalti sobre Carrasco de la primera mitad, y es preocupante porque en estas pocas jornadas de Liga ya se empiezan a acumular decisiones arbitrales de dudosa justicia.
31 agosto, 2021
Hola, todos los medios destacan el partido de Lemar, y estoy de acuerdo pero a medias, fué un gran partido de Lemar pero sólo en ataque. En defensa dejó unos huecos por los que entraban jugadores como Trigueros a placer, tiene que mentalizarse más en la colocación y el esfuerzo defensivo.
Creo que Saúl mejora a Lemar en ese aspecto, pero claro, Lemar mejora a Saúl en romper líneas cuando ataca el atleti.. ¡qué dilema!
Saludos