La vuelta del parón de septiembre se está convirtiendo en el particular infierno del Atleti de Simeone. Echando la vista atrás, los jugadores regresan del primer encuentro con sus selecciones desubicados, perdidos, sin entender bien la exigencia que supone vestir la camiseta del Atlético de Madrid. En Mestalla, que debían estar advertidos de la tendencia, sucedió una escabechina a manos de un puñado de canteranos.
Da igual el once que partió de inicio, dieron igual los cambios, tanto daba Riquelme en la izquierda que Riquelme en el medio, que Riquelme en el banco. No importó el debut de Javi Galán, ni el regreso de Giménez, ni siquiera fue importante para el devenir del partido la lesión de Lemar, la inoperancia de Morata, de Hermoso, de Azpilicueta, la voluntad de Barrios. El partido fue un desastre de principio a fin. Para los valencianistas debió ser un deleite ver como un equipo plagado de gente de Paterna: Guerra, Canós, Pérez…doblegaban y sometían a un grande.
Hugo Duro ejecutó el partido con dos golazos que contaron con un punto de suerte y la inoperancia de una defensa que parecía de broma. En la reanudación, cuanto tocaba la reacción del Atleti y Correa amagó con ella, Guerra hizo el tercero para matar definitivamente el partido. El resultado reflejó la contundencia de unos y otros, pero sobre todo, reflejó la actitud de unos y otros. Enseñó que el Atleti no va a ganar a nadie sólo con la camiseta. La camiseta, una buena metáfora de lo que fue el Atleti ayer, algo absurdo, desdibujado, sin identidad, impropio. Ningún jugador entendió la importancia de los puntos, el momento, que las Ligas de los últimos años se han escapado en este período, con partidos como éste, en los que no hay intensidad, ni fuerza, ni hambre. Hambre. La palabra que lo justifica todo y que todavía, entre tanto negocio, rescata lo hermoso del fútbol. El hambre de unos chavales puede arrasar con todo. Convendría que nadie en el Atleti olvide eso. Fue un desastre tan mayúsculo que ni siquiera quedó espacio para lamentar las bajas, la descompensación de la plantilla, las urgencias y las ausencias. Fue un partido para que los que lo jugaron vuelvan a verlo y vean como esa gavilla de chavales los arrasaron con su hambre. Un aviso muy serio porque en lo que queda de septiembre se juega media temporada. La alerta está encendida.
17 septiembre, 2023
Esta película ya la hemos visto muchas veces. Hay un entrenador que lleva más de 10 años en el cargo, y aún no sabe sacar lo mejor de cada uno de los jugadores. Este mes, va a ser decisivo. Creo que nolo vamos a pasar nada bien, pero hay que mantener la calma. El máximo culpable de esta situación, es Miguel Ángel Gíl. ylll ¿saben porqué? Pues por mantener en el cargo a un entrenador que ya hace mucho tiempo, tocó fondo. Pero como hay una mayoróa que lo aclama, tendremos que aguantarle.
Hace poco tiempo, el Cholo, manifestó que por encima del club no había nadie. Pues, miente. No trata a los jugadores con la misma objetividad. Muchos no entendemos porque Ha mantenido a Lemar en la titularidad, a pesar de su bajo rendimiento. Y sin justificar la falta de respeto que Joao ha tenido con el club, reconozco que el entrenador, le ha trtatado peor que a Lemar. Ahora crucemos los dedos, y recemos para venir vivos de Roma. De lo del próximo domingo ya hablaremos. aunque mucho me temo de que hay muy poco de que hablar.
17 septiembre, 2023
Con la llegada del otoño llegan las lluvias y con ellas los resfriados.
De igual manera con cada derrota de los nuestros hay a quien le entra la cholitis. Este año parece, que al menos, ya sabemos cuál es el virus que la causa, que no es otro que Gil Marín. Vamos mejorando aunque se yerra en tratamiento, si el que tiene que volver es el andarín portugués y el que se tiene que ir es Simeone mal vamos.
Disfrutemos de lo nuestro. Aúpa Atleti
18 septiembre, 2023
Ferpep tiene la memoria frágil y selectiva, sólo se acuerda de lo que le viene bien para cuadrar su manido discurso nacionalmadridista.