A paso lento el camino es corto

Empezó el partido en el Pizjuán y ya se barruntó en los primeros minutos lo que iba a suceder. Un equipo, el Sevilla, al que le iba la vida en el partido y que corrían con el corazón en la boca, otro, el Atleti, que parecía cansado, exhausto. Uno que volaba, otro que caminaba. Uno que mordía, que acudía a las pelotas divididas sin miedo a la muerte, el otro que llegaba tarde y cuando lo hacía a tiempo, siempre temeroso, encogiendo la pierna, pidiendo protección a un árbitro que mostró su estilo de una manera muy clara desde el principio: jueguen, dense, no me vengan a protestar como niños.

La actitud del Sevilla la representaba a la perfección su delantero, Isaac Romero, un chaval de la cantera que trazaba líneas en el césped de Nervión como destellos de una estrella fugaz. Con la pelota cosida a una zurda de oro, Romero representaba el hambre, la oportunidad, la confianza del que no tiene nada que perder, de quien tiene todo por ganar. A lomos de esa ilusión se colgaba todo un equipo que corría, sabiendo que al menos eso podía ofrecerle a su gente. El Atleti jugó una primera parte horrible, solo recibiendo embestidas, sin fuerza, con ese cansancio perpetuo que ha mostrado fuera de casa en esta temporada, incapaz de defenderse siquiera con la calidad, sobrepasado en los duelos y en la presión. Llegó el gol del chaval y pudo ser peor, porque Oblak le sacó un cabezazo a bocajarro, y el palo repelió otro mano a mano. El Atleti no se acercaba apenas, el Sevilla contragolpeaba tirando balones a la valentía del canterano que amargó el estreno de Paulista como titular en la zaga colchonera.

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Atletico Madrid’s Brazilian forward #12 Samuel Lino reacts to missing a chance to score during the Spanish league football match between Sevilla FC and Club Atletico de Madrid at the Ramon Sanchez Pizjuan stadium in Seville on February 11, 2024. (Photo by CRISTINA QUICLER / AFP) (Photo by CRISTINA QUICLER/AFP via Getty Images)

El Cholo ajustó al equipo en la segunda mitad sacando a Barrios y a Morata, que se retiró del campo asustando a todos con gestos ostensibles de dolor en la rodilla. Metió a Memphis y a Nahuel, y Llorente pasó al mediocampo. Ganó presencia el Atleti y pudo haber volteado el partido de haber tenido contundencia en el área, porque ocasiones tuvo. Por la izquierda, Lino empezó a combinar con Griezmann para buscar una vía de agua, por la derecha, entraba Nahuel. Hubo peligro, hubo uys, pero no hubo gol. Entró también Correa para jugar el todo por el todo pero el Atleti estuvo negado de cara a portería. El Sevilla resistió lo que tuvo que resistir, el Atleti se fue apagando en su cansancio, conforme Griezmann comenzaba a arrastrar sus botas, exánime, después de tantos partidos sin descanso. Al final llegó el final y el equipo local, que no brindaba a su parroquia una victoria desde septiembre, se impuso.

El partido deja claro que la pelea en la Liga esta año será por la supervivencia, que el equipo muestra signos de agotamiento y que llega el tramo decisivo de la temporada, sobre todo en las competiciones del KO, para ellas deja la enorme enseñanza de que así, con ese paso lento, el camino será corto.

Autor: José Luis Pineda

Colchonero. Finitista. Torrista. Nanaísta. Lector. Escribidor a ratos. Vivo en rojiblanco.

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1 Comentario

  1. El fútbol es un juego de tan sencillo, inexplicable, y cuando al balón no le da la gana de entrar, da igual cómo juegues y lo que hagas, que no metes gol. Y cuando estás en racha, te entran hasta sin querer y de rebote. A pesar del paso corto y de la mala primera parte de ayer, podíamos haberle metido varios al Sevilla, no digamos al Bilbao, y haber ganado ambos partidos.
    Ni con una segunda vuelta perfecta, que no íbamos a hacer, creo que nos hubiese alcanzado para disputar esta liga. Y en las Copas que nos quedan por jugar, nadie sabe lo que pasará.
    Morata parece que podrá volver en un mes o menos. Y Depay y Correa deberían tomar el relevo goleador. Pero como simple e ignorante aficionado, siempre me pregunto por qué las oportunidades que se le dan en otros sitios a chavales para jugar de delanteros, casi nunca se dan aquí. Exceptuando a Torres, y las efímeras apariciones de Mollejo o Garcés, no recuerdo a nadie más. Un delantero argentino puede estar debutando con 16 ó 18 años. Isaac es un caso que le ha venido de perlas a Quique y su Sevila. A Samu lo tenemos marcando en Vitoria. Pues no sé qué reservas hay que tener siempre en el Atleti con los jóvenes delanteros.¿Tienen que explotar siempre en otros sitios, o costar una fortuna donde les han dado cancha y entonces traerlos? La ilusión, la ambición y el descaro de un canterano, a quien además arroparía toda la grada, eso no se puede comprar porque no tiene precio. ¿ Se les intenta proteger para no quemarlos antes de tiempo ? Nunca lo he entendido.
    Vosotros sabréis mucho mejor lo que podría resultar un Niño o un El Jebari, por ejemplo. Yo no los he visto jugar. Pero lo que me pregunto siempre es por qué los ponen a jugar en primera en otros sitios y aquí andamos con tantos remilgos. Descubrir y apostar por el talento joven de casa debería ser la norma, y rodearlos con algunos veteranos en los que descargar la responsabilidad y equilibrar la falta de experiencia, la política del Club.
    Así lo veo yo.

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