533 días. Ese es el tiempo exacto que dura la eternidad. Ni más, ni menos. Un año, cinco meses y quince días ha tenido que esperar el hincha del Atlético de Madrid para volver a casa. Apenas serán más de 20.000, lo que significa que ni un tercio de la afición rojiblanca estará presente en el estreno del campeón de Liga como local. Algunos podrán achacarlo a las vacaciones de verano, a la falta de información del club a la hora de anunciar la solicitud de entradas o al sempiterno temor por la pandemia. Existen justificaciones de todos los colores, pero tal irrisoria cifra de espectadores en uno de los campos con mayores índices de asistencia merece una reflexión profunda.
Un reencuentro tan esperado no merece una presentación tan pírrica. No habrá abrazos, no habrá Fondo, no habrá fútbol. Y no lo habrá mientras el país con mayor porcentaje de población vacunada en Europa por coronavirus no se digne a abrir los ojos y mirar al resto del continente. En esta esperpéntica distopía diseñada sobre poltronas, al deporte rey le ha tocado el papel de víctima. Da la sensación de que los guionistas, en su afán por buscar una foto con la que tapar sus vergüenzas, han logrado lo contrario a lo que pretendían. Después de ver los estadios de la Premier hasta la bandera, el espectáculo de la primera jornada resultó insultante. Y es que, por mucho que se quiera vender de esta manera, las migajas no son caviar. “¿Hasta cuándo?”, se preguntarán. Tal vez en Concha Espina encuentren la respuesta.
Es imposible darle épica así a un hecho que debería tenerla toda. Pese a ello, el “regreso” del público al feudo colchonero constituye el gran aliciente del encuentro de mañana. Volverá el Atleti con el parche dorado sobre su zamarra y con el trofeo liguero en las vitrinas. Mucho ha cambiado la vida en San Blas desde aquel empate contra el Sevilla que dejaba al equipo 6º en la tabla. Por el camino, nació una estrella en Anfield, llegó un ‘Pistolero’ de Barcelona y se gestó una temporada inolvidable. Quién podría haber vaticinado tras aquella tarde de marzo todo lo que vendría después. Quién les habría dicho que Llorente se transformaría en ídolo, que Lemar sería fijo, que el 4-4-2 habría pasado a mejor vida y que Suárez acabaría convertido en leyenda. Ni el más surrealista de los oráculos lo habría imaginado.
Sin embargo, esa es la realidad que vive el Atleti hoy en día. Y con la idea de mantener esa inercia ganadora recibe a un Elche pletórico después de su dramática salvación la temporada pasada. Los precedentes con el cuadro de Fran Escribá son prácticamente inmaculados. Siete victorias y un único empate en ocho encuentros es el impresionante bagaje que tiene el conjunto rojiblanco en sus duelos directos contra los ilicitanos durante la era Simeone. Pese a estas estadísticas, el equipo franjiverde suele complicarle la vida a los madrileños. El 0-1 cosechado en el Martínez Valero hace unos meses es una buena prueba de ello.
Una duda sobrevuela la cabeza del ‘Cholo’ de cara al compromiso de este domingo. La expulsión de Mario Hermoso en Balaídos ha generado un problema al argentino en el eje de la zaga. Sin Felipe disponible por su lesión en la Copa América, Simeone cuenta con dos centrales para tres puestos. Varias alternativas han ido apareciendo a lo largo de la semana. Tanto Vrsaljko como Saúl han sonado con fuerza para ocupar ese puesto vacante, pero la opción que goza de más papeletas es la de Kondogbia. El centrocampista centroafricano ya disputó algunos minutos de la pretemporada en esa demarcación. Además, los últimos ensayos en los entrenamientos reforzarían esa posibilidad. Si el cuerpo técnico termina decantándose por esta opción, Koke pasaría a ser el pivote con Rodrigo De Paul y Thomas Lemar por delante. No obstante, tampoco se puede descartar la inclusión de Nehuén Pérez en el once titular. El central argentino tenía muy avanzadas las negociaciones para su cesión al Udinese, pero la falta de efectivos ha propiciado que el Atlético de Madrid lo haya inscrito en la Liga con el dorsal ‘3’. Los acontecimientos de las últimas horas apuntan a que estará en la convocatoria y, quién sabe, si en el equipo inicial.
Del reemplazo de Hermoso dependerá la confección de un once en el que no se atisban grandes novedades respecto al que logró el triunfo contra el Celta. A la espera de que nombres como Trippier o Suárez adquieran el rodaje suficiente, el ‘Cholo’ apostará de nuevo por Llorente en el carril diestro y por Carrasco como acompañante de Correa arriba. El argentino será de nuevo la principal referencia ofensiva de un Atleti que buscará ratificar su buen comienzo de campeonato. Esta vez, por fin, lo hará con público. Aunque sea de una manera tan deslucida.
