Cuando me pidieron que escribiera un texto por final de temporada pensé en escribir sobre la necesidad imperiosa de fichar un lateral derecho para volver a aprovechar a Llorente en su mejor posición o que necesitamos un mediocentro que la juegue o un delantero para sustituir a Suarez.
Pero en ese momento me salió en Instagram una publicación de Ezequiel Garay, ex canterano del Madrid y ex jugador del Valencia, con su bufanda del Atleti y sus hijos vestidos con la rojiblanca para acudir al Metropolitano el último derbi y me salió también, como recuerdo de Facebook, un texto de Pedro Simón el día después de la Final de Milán donde cuenta como de camino al colegio Amorós junto a su hijo, se juntaron unos 15 niños atléticos todos con la camiseta bien orgullosos.
El fútbol actual es un coñazo, todo lo ganan siete u ocho equipos, nosotros uno de ellos de vez en cuando. Todo es previsible, ya no tiene la gracia, ni la emoción de cuando el Nottinghan Forest te podía ganar 2 Copas de Europa.
Los equipos se han convertido en multinacionales del fútbol, nos hemos dejado americanizar, el dinero ha acabado con la pasión, por eso ojalá nosotros, como aficionados, nunca dejemos de ser como somos, que el Atleti siga teniendo mucho más que ver con la vida que con el fútbol, porque como decía Pedro Simón en ese texto de 2016, “igual nunca ganamos una Copa de Europa, pero ¿y a quién le importa?”.
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