Diego Godín: un faraón de leyenda

Ya es el más grande. Nadie está por encima de él. Cuando los libros de historia echen la vista atrás, ningún nombre perdurará por delante del de Diego Roberto Godín Leal. El faraón uruguayo superó este sábado los 314 partidos de Luis Amaranto Perea y se convirtió en el extranjero con más encuentros disputados de rojiblanco. El destino, curiosamente, quiso que aquella histórica marca quedara registrada frente a su ex equipo, el Villarreal. Fue un 4 de agosto de 2010 cuando Godín dejaba la costa castellonense para aterrizar en la capital de España. Su precio: entre ocho y diez millones de euros. El mejor dinero invertido en la historia reciente del club.

Su debut con la zamarra colchonera fue solo el preludio de lo que sería su gloriosa carrera en el Atlético. Godín se enfundó la camiseta atlética por primera vez en la final de la Supercopa de Europa de 2010, en la que el Atlético de Madrid derrotó al Inter de Rafa Benítez con goles de Reyes y Agüero. Una actuación memorable del equipo de Quique Sánchez Flores en la que el central uruguayo fue uno de los protagonistas. Era simplemente el inicio.

Sin embargo, los inicios con Quique no fueron fáciles. La competencia en el centro de la zaga y la irregularidad del equipo terminaron apeando al equipo de la Europa League a las primeras de cambio y finalizando en un discreto quinto lugar. En esa campaña, Godín disputó treinta partidos en los que anotó dos goles. El primero de ellos llegaría el 21 de octubre de 2010 en un partido de Europa League frente al Rosenborg. Aquel tanto sería el primero de sus 22 goles como rojiblanco.

La temporada siguiente ahondaría más en los problemas del Atlético. La llegada de Gregorio Manzano al banquillo colchonero y la profunda reconstrucción de la plantilla resultaron ser un fiasco, dejando al equipo eliminado en Copa por el Albacete y coqueteando con el descenso en Liga. Nada funcionaba en la ribera del Manzanares hasta que, en diciembre de 2011, llegaba a Madrid el hombre que cambiaría por completo la historia de la institución: Diego Pablo Simeone. El ‘Cholo’, el ídolo como jugador, el icono de la hinchada, se sentaba en el banquillo de su Atleti para reflotar un barco a la deriva. Bajo la dirección del argentino, Godín emergería como uno de los mejores defensores del planeta.

La historia de amor entre Godín y Simeone es bien conocida por todos. El uruguayo se convirtió pronto en uno de los miembros del núcleo duro del ‘Cholo’ y, junto a João Miranda, formó la mejor pareja de centrales de la historia del club. El charrúa y el brasileño lideraron la zaga del mejor Atlético de siempre, llevando al club a algunas de sus hazañas más recordadas. El 17 de mayo de 2013, un inolvidable cabezazo del paranaense le daba al Atleti su décima Copa del Rey derrotando al Real Madrid en el Santiago Bernabeú tras 14 años de sequía frente al eterno rival. Al año siguiente, sería la testa del ‘Faraón’ la que llevaría al Atlético a las puertas del cielo.

Camp Nou, Barcelona. 17 de mayo de 2014. El Atlético de Madrid pierde 1-0 contra el Barcelona tras el gol de Alexis Sánchez en el tramo final de la primera parte. El resultado daría el título de Liga al Barça, pero un gol del Atlético proclamaba campeón a los rojiblancos. Llegó entonces la jugada que marcaría la carrera de Godín. Minuto 49, saque de esquina desde la derecha. Gabi coloca el cuero en el corazón del área y en el punto de penalti, por encima de todos, Godín remata el balón picado hacia el palo derecho de la portería de Pinto, que no puede hacer nada por detener el balón. Carrera hacia la esquina, beso a la camiseta, grito hacia el cielo. Los aficionados lloran, Luis sonríe. El Atlético de Madrid es campeón de Liga por primera vez desde el año del ‘Doblete’. Por primera vez desde que Simeone iniciara, también de cabeza, el camino de la victoria ante el Albacete. Godín y Simeone, Simeone y Godín. El binomio que cambió la historia contemporánea del Atlético.

Desde aquel día, el nombre del uruguayo quedaría grabado con letras de oro en el corazón de todos los aficionados colchoneros. Sin embargo, el porvenir pudo haberle reservado a Diego el lugar más alto del Olimpo rojiblanco. Aquel altar donde nadie todavía se ha sentado. Aquel lugar en el cielo que solo Luis Aragonés y él (Carrasco lo haría en Milán después) acariciaron. Una semana después de la conquista de la Liga, el Atlético de Madrid disputó la final de la Champions frente al Real Madrid. Fue el propio Godín el que, de nuevo con un testarazo, superó la mala salida de Casillas para poner al Atleti al borde de su mayor conquista. Solo el fatídico tanto de Sergio Ramos en el tiempo de descuento impidió que Godín se coronara como el futbolista más grande de la historia del club. Pero ya nada borraría su heroicidad en Barcelona.

De buen central a indiscutible, de titular a imprescindible, de imprescindible a héroe, de héroe a capitán. La metamorfosis de Godín desde su llegada había culminado con el gol en el Camp Nou. Nada de lo acontecido en sus 315 partidos como colchonero se podría entender sin ese cabezazo, sin ese segundo en el que el balón conectó con su cabeza y besó el fondo de las mallas. Con la ida y vuelta de Tiago en el verano de ese mismo año, el uruguayo se convirtió en uno de los tres capitanes del equipo junto a Gabi y Raúl García. Con altos y bajos, con mejores y peores momentos, nadie ha discutido, discute ni discutirá la posición de Diego Godín al frente de la defensa del Atlético. Una zaga que, bajo su liderazgo, ha acumulado cuatro Zamoras de la Liga (dos para Courtois y dos para Oblak) en las últimas cinco temporadas. En la 2015/2016 encajando solo 18 goles, récord absoluto de la Liga. Unas estadísticas sencillamente impresionantes.

Después de 315 encuentros de rojiblanco, habiendo batido todos los récords y habiendo ganado prácticamente todo con el Atlético, por la cabeza de Godín solo pasa un sueño, un último objetivo: la Liga de Campeones. Es la meta que acarició con los dedos tanto con su gol en Lisboa como en Milán. Es la utopía de todos los atléticos. Con apenas 31 años a sus espaldas, en el Metropolitano saben que queda uruguayo para rato. Con su cabeza se puede soñar con todo. De Godín al cielo. Un faraón de leyenda.

 

Foto: clubatleticodemadrid.com

 

Autor: David Gómez

Alcarreño. Adicto a la buena música y a la escritura. Estudiando y haciendo periodismo con un micrófono y un papel. Esclavo de una pasión llamada Atlético de Madrid.

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