Las segundas partes nunca fueron buenas. Solamente El Padrino y El Quijote se han atrevido a contradecir esta verdad universal. Tal vez Simeone sí esté a la altura del genio de Coppola o de Cervantes, pero el Godín actual se asemeja más al Pacino de 88 minutos que al prodigio que dio vida a Michael Corleone. La historia del ‘Faraón’ en el Atlético de Madrid bien merece un puesto de honor en el panteón rojiblanco. Sus heroicidades con la zamarra colchonera trascenderán generaciones. No necesitan añadidos. El nombre del uruguayo siempre irá ligado al club de las rayas canallas. Seguramente, cuando cuelgue las botas, sus destinos vuelvan a cruzarse; pero no sobre el césped. Aquel tiempo, por desgracia, ya pasó.
Es difícil saber despedirse. Nadie está preparado realmente para decir adiós. Sin embargo, Godín se ganó elegir el cómo y el cuándo. Ahí, el club no estuvo a la altura de las circunstancias. Pese a ello, el zaguero charrúa rubricó en el Metropolitano una despedida memorable. Con su escudo, con su brazalete, con su gente, Godín se marchó del Atleti por la puerta grande. Un mito como él no podría regresar por el patio de atrás. Sería indigno que el extranjero con más partidos en la historia del Atlético de Madrid y el defensa más importante de la historia de la entidad volviera para ocupar un lugar residual. Su legado exige que todos -empezando por él- lo respetemos como se merece.
Resulta imposible no sentir un cosquilleo en el estómago al imaginar a Godín con la camiseta atlética. El poder de la nostalgia es demasiado fuerte. Aun con todo ello, escasean las razones deportivas para avalar su vuelta. Y sin argumentos futbolísticos que lo respalden, la fuerza del factor emocional no basta. El ‘Faraón’ de la 18/19 ya evidenció síntomas de desgaste. Afortunadamente, el destino le pudo brindar un último baile acorde a su figura. Su imparable decadencia se acentuó en Italia, donde ni Inter ni Cagliari se han acercado a disfrutar de la mejor versión del rosarino. Tras tres temporadas con un rendimiento mediocre, un desesperado retorno al Atlético de Madrid traería más problemas que beneficios a todas las partes. Por un lado, no solucionaría las carencias del equipo atrás. Por el otro, estiraría un chicle que perdió su sabor hace tiempo.
Aunque duela, el Godín futbolista no debe volver. La vida son momentos, y aquellos años dorados son historia. Queda el hermoso recuerdo de una leyenda imborrable. No merece la pena añadir dos suspensivos al mejor de los puntos finales. Donde fuiste feliz, regresarás, querido Diego. Pero hazlo en un lugar que dignifique la dimensión de tu grandeza. Mientras tanto, nosotros estaremos esperándote y honrándote. Pase lo que pase, eso nunca cambiará. Nos vemos pronto, ‘Faraón’.
19 noviembre, 2021
No sé de dónde ha salido este rumor sobre Godín, pero a menos que algunos hubieran llegado a un pacto que desconocemos, la idea de que Godín vaya a volver a vestir la camiseta rojiblanca es absurda.
El Atleti, que es uno de los pocos equipos de España sin cobertura mediática, es víctima propiciatoria para este tipo de noticias.
A lo mejor en un principio pensaron en Tomás Reñones para sustituir al lesionado Trippier.