Soy de los que siempre ha visto una conexión entre el fútbol y las relaciones. O al menos entre la forma de vivir este deporte y la vida. Posicionarse en uno de los dos extremos de la cuerda a la hora de valorar algo no aporta nada más que sufrimiento o decepción. Tras un período en el que el juego del equipo, la moral y el físico se han visto bastante mermados, surgió un run run de pesimismo que anunciaba a bombo y platillo una caída estrepitosa en Liga. Los extremos empezaron a tocarse.
Por un lado, estaban los que desde el minuto cero ven todo negro. Aquellos que solo disfrutan en tiempos de mediocridad y que necesitan de un lodazal de fracasos para revolcarse y ser felices. Da igual lo bien que le vaya al equipo: “la acabarán cagando.” Suelen ser los que se presentan a la primera cita acompañados de un documento de separación de bienes en lugar de flores.
En el otro extremo del alambre se encuentran los que no necesitan demasiadas voces a su lado jaleándoles para andar ya subidos a las nubes. Los mismos que se veían campeones de todo en octubre o pasando por vicaria a las dos semanas de hablar con una mujer, y que al mínimo traspiés vislumbran el fin del mundo y piden la inquisición para todas las féminas.
Ajenos a estos extremismos, victimistas o narcisistas, queda un grueso que se sigue manteniendo fiel a la idea de que la vida es un cumulo de cosas: buenas y malas. Los mismos que en su día se embarcaron en una relación, o un viaje, sin importar el rumbo ni el destino, solo con la intención de disfrutar el trayecto, y que sea lo que Dios quiera. Se gane o se pierda. Acabe con arroz por los aires o reproches a las espaldas. Con título o con una nueva herida que cura. Pase lo que pase en las próximas diez jornadas, elegimos vivirlo.
Foto: atleticodemadrid.com (Rubén de la Fuente)
23 marzo, 2021
Y también están esos que dicen esa chica me dejó por culpa de Simeone, el muy canalla. Simeone es un tal y un cual, si pero nos tiene líderes, nada, es el peor, pero son los jugadores quienes marcan goles y defienden, pero es él el que los pone mal, no los motiva y, además, es el culpable del calentamiento global…
23 marzo, 2021
Hola, estoy de acuerdo en todo con el artículo, añadiría que también depende de tu historial con las relaciones a la hora de entusiasmarte o de ser un cenizo cuando tienes una nueva relación.
Me explico. Cuando el atleti ganó la Europa League con Quique Sanchez Flores,Forlán,Aguero y Antonio López como capitán aquello fué una alegría infinita, tanto fué así que perdimos la final de copa con el Sevilla pero nos dió igual, nos quedamos animando en el campo y se nos oía más a nosotros que a los sevillanos.
Ahora la Europa League es un «titulo menor» y no ganar la champions (o llegar a la final o semis) o la copa del rey o la liga PERO SIN DESPEINARSE es un fracaso absoluto.
Supongo que hay un término medio ¿no?
Saludos
23 marzo, 2021
Pues yo que soy tan colchonero como el que más, antes de comenzar la temporada me ilusioné con que lo mismo este año, ya que el tema de la pandemia a nuestros jugadores no le iba a afectar demasiado, lo mismo pillábamos cacho y llegábamos a una final de Copa, por aquello de ir a esa Supercopa patrocinada por los árabes. Daba por descontado que en Liga, después de escuchar y leer lo fuerte que se presentaban Real Sociedad y Villarreal y el futbol que practicaban, lo nuestro lo íbamos a tener muy difícil.
Hasta me preocupe por Simeone y su continuidad.
Pero!!date ¡¡ empezamos a sumar puntos y empezaron a desaparecer de los foros de las noticias del Atletico todos aquellos que han vuelto de nuevo al escuchar «tambores de guerra» y leer una frase sacada de contexto, por un ágil periodista.Pues nada, haya tranquilidad. Que espero que aquí nadie vaya a recurrir a cierta frase de Maradona, por muy mal que nos pueda ir.