Medicina propia (1-0)

El Atleti recibió en Cornellá la primera derrota del curso liguero con una ingesta de medicina propia. El Español le planteó un partido férreo, inasequible, con un orden táctico militar, una disciplina castrense. Le esperó y trató de herirle en su error. La cartilla de Simeone desde la a hasta la u. Lo ejecutó al final, cuando ya le valía el empate y desinfló de golpe las ilusiones de los colchoneros, que parecía que aguantarían en la puja por la Liga hasta la llegada de Costa.

Durante los primeros cuarenta y cinco minutos el partido fue un tratado táctico. Quique Sánchez Flores insufló la intensidad que su equipo necesitaba para enfrentar a un rival como el Atlético y, agarrada a ella, el Español se movía como un autómata. Cuando recuperaba, empleaba tres toques para tratar de llegar. Cuando perdía, cada peón regresaba a su posición como si todo la batalla se librara en eso. El Atleti dejó el tiempo correr, no supo perforar las líneas blanquiazules, pero se sentía cómodo con el paso de los minutos, en los últimos tiempos pareciera como si los desdeñara. La única ocasión clara la malogró Baptistao en una fulgurante contra de los locales.

En la segunda mitad, Simeone quiso ir a por el partido dando entrada a Correa y Gameiro pero los cambio esta vez no resultaron. Correa sumó imprecisión y no la ruptura que esperaba Simeone y Gameiro … Gameiro definió el partido al revés. En el setenta y cinco, el encuentro estaba donde quería el Atlético y Griezmann, activo durante toda la noche, filtró una maravilla de pase que dejó a su compatriota solo frente al portero. Como viene siendo habitual en él, marró. Era una ocasión inigualable, la primera y la última del partido. Todos sabían que no habría otra oportunidad como esa para marcar. En cierta forma ahí el Atlético agachó la mirada. El Español contuvo el desordenado empuje de los rojiblancos por tratar de llevarse los puntos y al borde del final, Savic escogió mal el achique y un giro en el medio de Piatti propició un contragolpe en tres toques que acabó con Sergio García rompiendo el invicto del Atlético de Madrid.

En el Atleti habrá una Navidad contrariada con la única alegría puesta en la esperanza que genera la llegada de Vitolo y sobre todo de Costa, que desde su marcha ha dejado un hueco irrellenable en la delantera del Atlético que habrá de cubrir él mismo, apenas tres temporadas después. En enero el gol ya no será un suplicio pero el Atlético necesita mejorar algo más que la efectividad arriba si de verdad quiere demostrar que está para pelear el campeonato.

Foto: clubatleticodemadrid.com

Autor: José Luis Pineda

Colchonero. Finitista. Torrista. Nanaísta. Lector. Escribidor a ratos. Vivo en rojiblanco.

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