El espejo roto

Guardiola ganó el duelo de estilos tan cacareado por todos en la última semana, pero lo hizo atrapado en una paradoja de la que los defensores del pensamiento único en el fútbol solo podrán salir remando en el barco de la hipocresía, atravesando el mar de ignominia que debería suponer para ellos defender algo y tener ahora que justificar lo contrario. Anoche, en el Metropolitano, perdió Simeone, perdió su estilo, cayó eliminado el Atlético de Madrid frente al Manchester City en los cuartos de final de la Champions League, y al cabo, eso es lo único que importa, aunque algunos, tras lo sucedido en el partido, no les queden agallas o vergüenza para poder mirarse al espejo.

La primera mitad fue una prolongación del lo disputado hasta ahora, como si Simeone no hubiera querido que nada cambiase, que todo el mundo entrase en ese modo rutinario en el que el Manchester City toca la pelota en horizontal en campo ajeno, el Atleti se defiende con solvencia, solamente esperando a que pase el tiempo. El técnico argentino tuvo muy claro desde el principio que las opciones para eliminar al equipo de Guardiola pasaban por llegar con opciones al último tramo de la eliminatoria, y a eso se jugó, toque y toque de un lado, espera paciente del otro.

En la segunda parte fue como si se descorriese el telón de la verdad. El Atlético de Madrid salió por fin en busca de la clasificación, entendiendo que había llegado el momento. Fue una transformación súbita en la que no hizo falta cambio alguno. Griezmann dejó de trotar insulsamente por el campo para empezar a conectar jugadas, tocar, pisar, abrir, filtrar. Llorente encontró la profundidad. Lodi ganaba la espalda una y otra vez. Joao se giraba, Koke presionaba, el Metropolitano alentaba. Cada una de las piezas se coordinaron para meter al City en su campo primero, en su área después. Quince minutos de asedio. Algún tiro desviado, uno más certero de Griezmann. Y entonces entró la segunda línea. De Paul, Carrasco, Correa. Ahí el Atleti cargó y empezaron a llegar las ocasiones, De Paul la mandó fuera por poco en dos disparos con la derecha tras jugadas elaboradas. El público rugía. El City se descomponía, el espejo en el le gusta mirarse a los acólitos del fútbol champange se rompía como en una maldición extraña y entonces sucedió lo inverosímil. El Manchester City entendió en el minuto setenta que había que dejar de jugar al fútbol y empezó a dar un recital del que Bilardo estaría orgulloso. Menotti se retorcía en su sillón. Sus jugadores empezaron a embarrar el encuentro, a fingir lesiones con la aquiescencia de un árbitro que permitía interrupciones de cuatro minutos del juego por jugadores que luego se reincorporaban al mismo sin problema. Lo hicieron por turnos, como si tuviesen un guion bien aprendido, con la connivencia de un cuerpo arbitral que ni siquiera les reprendía en el gesto. El Atleti, Simeone, su gente, se desesperaron, pero en esa desesperación también había una suerte de triunfo, el cazador cazado, el mentiroso señalado en su mayor mentira. Foden se retorcía fuera del campo por una entrada de Felipe y comenzó a rodar hacia dentro para que el juego no pudiera reiniciarse. Savic, hastiado ya de la situación, lo volvió a sacar del campo, y se formó la gozadera. Una tangana de más de diez minutos que dejó al campo encendido, al Atleti desconectado, al City satisfecho porque su objetivo estaba más cerca. Anoche no importaba el cómo.

El partido de reanudó con nueve minutos de alargue y el Atleti con un hombre menos, porque Felipe fue mandado a la caseta tras la tangana. Pero no se arredró, siguió empujando. Cunha, que había salido en el tramo final junto a Suárez, tuvo la prórroga en un remate a bocajarro desde dentro del área que interceptó un defensa a la desesperada. La grada empujaba de una manera enloquecida, el Atleti, con diez, sin tiempo, siguió intentándolo, buscando la heroica, y en el último suspiro, disparos tras rechace dentro del área con un City colgado del larguero, la pelota cayó a Correa a un metro de la frontal de área pequeña, con toda la portería para él, el tiempo se detuvo, la esquizofrenia colectiva pareció silenciarse esa escasa milésima de segundo que separaba el gol de la nada, la justicia de la injusticia, la hazaña completada del intento inmaculado. Correa no fue preciso y la tiró al muñeco. El milagro cayó del lado del City que encontró el final y la clasificación, y lo celebró como si aquella fuese la última estación del fin del mundo.

Ganó Guardiola, perdió Simeone, pero hay muchas victorias y muchas derrotas dentro de una lectura. Las gamas de colores existen, sobre todo cuando aparece el rojo y el blanco en la ecuación, pues con frecuencia dinamitan las reglas con las que el pensamiento uniforme trata de ordenar su mundo. El espejo se rompe y entonces sólo queda la verdad.

Foto: atleticodemadrid.com

Autor: José Luis Pineda

Colchonero. Finitista. Torrista. Nanaísta. Lector. Escribidor a ratos. Vivo en rojiblanco.

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8 Comentarios

  1. La eliminatoria en su conjunto, fue un recital de lo que quería hacer Simeone, tuvo al City donde quiso y cuando quiso. Faltó la victoria final, por aquello que se ha dicho tantas veces, la eficacia.
    El Cholo demostró una vez más cual es el camino a seguir para enfrentarse a los equipos poderosos mientras las diferencias de presupuestos sigan estando en contra del Atleti.

    El City acabó encerrado atrás y perdiendo tiempo, pero eso no le importa a la Caverna que seguirá camuflando y maquillando el juego de los que manejan el negocio, de la misma forma que hace con su equipo patrocinado al que ya le dan como campeón de la competición, a pesar de jugar con un «sistema menor» como es al contragolpe.

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  2. Bueno, el atlético de 4 partes de la eliminatoria, aprovechó3. Por consiguiente, el Citi, es justo semifinalista. Lo que me quedó claro, es que nuestro equipo, sabe jugar a otra cosa cuando le interesa; por eso el Cholo aplica su sistema amarrategui, que nos colocará casi siempre a las puertas de todo, para no ganar casi nada.
    Luego alguien habla de la diferencia de presupuestos, solo cuanto interesa, ya que equipos como Granada, Levante, Mallorca o Alavés, que entre ellos juntos no alcanzan al presupuesto del atlético, nos ganaron este año, 17 puntos.
    En cuanto a los vecinos, mal que nos pese, pero hay que reconocer que luchan hasta la extenuación para conseghir el truinfo, y de momento, hay que joderse, y mirar para otro lado.

    Me parece mal, que se pite al himno dwe la champions; la sanción de la uefa, es justa, no se pupede permitir que unos cuantos cientos que no reprepresentan a nadie, estén dando la nota muchas veces. Los otros, les hecharon del estadio, y han hecho muy bien. Los dirigentes del club, saben de sobra quiewnes son estos elementos, y si no les quieren hechar, que apanden con las consecuencias.

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  3. Quise decir que el atlético de 4 partes de la eliminatoria, desaprovechó 3.

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  4. ..solo queda la verdad. Y la verdad es que volvemos a rumiar una derrota y a estar eliminados, después de comprobar que podríamos haber ganado perfectamente. Y así toda la vida.
    Sí, el planteamiento podría ser correcto: estar vivos, con opciones, en el último medio tiempo, y ahí, marcar y vencer. Solo que somos el Atlético de Madrid. Para que eso salga bien necesitas acierto en el monento decisivo y buena suerte, y toda una vida y una idiosincrasia de malditismo en contra, desmontan ese planteamiento. Los enormes, o suficientes, merecimientos sin premio final a lo largo de nuestra historia así lo atestiguan. Si fuéramos un equipo con mala suerte, nunca habríamos ganado nada. Pero sí somos un equipo sin buena suerte, algo que de forma, se diría que sobrenatural, siempre ha acompañado al vecino. La falta botada por Correa, creo, rozó las cabezas de Kondogbia, Savic y de algún otro. A cualquier equipo con potra le habría supuesto el gol y la prórroga. Siempre hay que contar conque nos faltará la buena suerte, por eso, para mí, sólo hay un planteamiento acertado: buscar el gol, y la victoria, desde el saque de centro inicial.

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  5. Hoy leyendo lo que se escribía sobre la prensa inglesa, uno descubre que esta siempre ha querido ir en su “corcel blanco”, impoluta.
    Y uno mira atrás y por hablar solo de futbol, que no de violencia y esas cosa fuera y dentro de los campos, en la cual están a la cabeza de Europa en violencia en las gradas y fuera de ellas, en el aspecto futbolístico ve que su único mundial lo consiguieron de aquella manera en la que un gol nunca puede ser legal, que es cuando el balón no pasa la raya de la portería.
    Digo esto por la razón de que ninguno de los medios de comunicación españoles, se ha molestado en aclarar que en esta eliminatoria que ellos, los medios de comunicación españoles, poco menos que lo habían declarado “la guerra de los estilos”, no ha quedado claro con que estilo se ganó la eliminatoria.
    Los ingleses lo tienen claro. El Atletico es un “equipo de animales”, como uno de sus diarios titula el partido.

    Dicho esto, yo me quedo con el futbol y sobre todo, pese al resultado, con la lección táctica que ha dado Simeone en el total de la eliminatoria.
    Una eliminatoria que se ha jugado a lo que ha querido Simeone. Allí y aquí.
    Todos los. mini-partidos que se han jugado en la eliminatoria, los ha marcado la «libreta» de Simeone.
    Allí, no concediéndole espacios al City, logró que hasta el equipo ingles se preocupara de no arriesgar en su ataque por temor a una contra y le obligó a quedarse solo, ya que no creo peligro real, con la posesión del balón.

    Aquí, lo importante era contener en el primer tiempo, buscar el 0-0 sacando alguna vez la garra. Esperando la segunda parte y buscar la victoria.

    La segunda parte, entraba dentro del plan. Ese plan del que habló Koke, gran partido el suyo, y que muchos aficionados del Atletico de Madrid, teníamos en mente.
    Duele ver la mala prensa deportiva que hay en este país, junto con medios de otra índole que se dedican a buscar imágenes donde pueda haber un incidente, antes que hacer una critica del partido y de la eliminatoria.

    Ayer el Atletico jugó con un portero y tres defensas, poniendo en cancha en la segunda parte jugadores de medio campo para arriba a todos los jugadores de carácter ofensivo de que dispone. Eso era parte del plan total en la eliminatoria.
    Simeone tenia muy claro quién era el rival y cuales eran sus puntos débiles. Conocía el calendario de ese equipo y el partido que tenia en medio de los dos nuestros.
    El City vendría del enfrentamiento con el Liverpool y la segunda parte les iba a pesar, seguro. Y Simeone aplicó esa ventaja que tenía y la llevo al ultimo extremo.
    Plantear la eliminatoria de otra manera, como algunos resumían, de salir al ataque, no era lo más inteligente. Ellos son superiores y Simeone no es un entrenador que no conozca la superioridad a la que se deba enfrentar, ya que tiene experiencia tanto en España como en Europa acumulada de sus enfrentamientos en este tipo de eliminatorias.
    Tampoco desaprovechó tres cuartos de eliminatoria como el “ilustre” del foro escribe. Que va.
    Quiso primero desgaste, como en un combate boxeo, luego meterle presión e ir a la parte ultima del partido con todo, que era cuando ellos estaban mas desgastados.
    No puedes ir a por un grande a cara descubierta, ya que lo mas posible es que te la partan. Se tuvieron oportunidades suficientes para poder, como mínimo, empatar la eliminatoria. Pero no pudo ser y lo que queda cómo bien dijo Simeone es que lo que cuenta al final es el resultado, ganar.
    Solo añadir, que el estilo que ganó la eliminatoria, fue el estilo de Simeone. Con el que jugó Guardiola en los últimos 45 minutos de la eliminatoria.

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    • Todo lo que dices está muy bien y lo comparto, pero perdimos, con lo cual, la estrategia fue equivocada, porque como dices y dice el entrenador lo que cuenta es ganar. Quizás si el señor Felipe se hubiera mantenido en su trabajo y no hubiera ejercido de matón, se podría haber jugado lo que faltaba y quien sabe, esa acción finiquitó la eliminatoria y, bueno, esa imagen nos va a perseguir durante mucho tiempo en instancias donde precisamente no podemos contar con simpatías.
      Me quedo con que se compitió hasta el último segundo y los que nos daban por avasallados con 5 o 6 – 0 no hablan de eso, como siempre. Simeone nunca ha prometido victorias, si ha prometido competir siempre, aunque este año en varios partidos con equipos prácticamente desahuciados no se ha hecho, pero por regla general sí. ¡Aúpa Atleti y llegará, no tengáis dudas!

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  6. Tanta verborrea del ilustre, y, ¿de que le valió al Cholo tanto triunfalismo, si al final como casi siempre estamos eliminados?
    La cuestión es que si el Cholo cosnigue dlasificar al equipo entre los 4 primeros, ojalá, para el consejero delegado del club, es suficiente. Le importa un bledo ganar títulos, lo único es clasificarse para jugar la champions, y garantizar unos ingresos que le puedan ayudar a ir trampeando la cuestión.
    pero este año, no creo que la champions le diese muchos ingresos, pues creo que en esta puesta de largo, en esta competición, el atlético no ha conseguido ganar ni un partido en casa.
    La cuestión es que si por lo que sea no conseguimos jugar en europa, veremos que pasará con la mayoría de nuestros jugadors, y del entrenador.

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