50 puntos

El Atleti volvió a vencer en Cádiz, para alcanzar la astronómica cifra de cincuenta puntos en diecinueve partidos. Lo hizo en un partido extraño, que tuvo muchas lecturas, en la que se vieron defectos extraños y virtudes insospechadas. Un partido que fue más duro de lo que muestra el marcador (2-4), pero en el que el Atlético reivindicó su condición de líder y puso más distancia de por medio, diez puntos con un partido menos, respecto a su principal seguidor, el Real Madrid, que había perdido en la previa.

Simeone presentó en Cádiz un equipo sin laterales. Dispuso a sus tres centrales y cubrió las bajas de Carrasco y Hermoso situando a Saúl y Llorente en la posición de falso lateral, demostrando que maneja el líder innumerables registros, que es un equipo cada vez más líquido en el que cualquier jugador puede jugar casi en cualquier posición. El sueño inalcanzable de cualquier entrenador parece hacerse cuerpo en este Atlético de Madrid en el que Llorente pude jugar en punta o defender el lateral, o acompañar a Koke en el medio centro, todo ello dentro del mismo partido.

Suárez, nuevo registro

Se adelantó el Atleti al minuto quince, con un golazo de Suárez de libre directo. El uruguayo es sin duda el hombre de moda en el campeonato. Con treinta y cuatro años, se le siguen cayendo los goles de los bolsillos, y en Cádiz mostró un nuevo registro marcando de falta desde la frontal. La rosca de Suárez se fue al ángulo, lejos del alcance de Ledesma. Con el marcador a favor en el campo de un rival teóricamente inferior, el Atleti tomó el dominio de la pelota y empezó a dominar el juego desde la posesión, pero se encontró con la primera dificultad en una pelota que Lemar disputó con ligereza dentro de la frontal, dejando un rechace franco para que Negredo ajustase de zurda a la base del palo y pusiera el empate en el marcador.

El partido empezaba de nuevo, el Atleti trataba de progresar con un Cádiz que le entregaba la pelota, aunque no encontraba a sus hombres de enganche: Koke, Lemar, Joao. Torreira en el eje iniciaba la jugada, después las intenciones morían en las botas de Joao, castigadísimo por los defensas, que gozaban de impunidad. Sólo Lemar se giraba, conectaba, buscaba la profundidad de Saúl en banda izquierda. En la asociación de esta pareja, bordeando el final de la primera parte, se adelantaron de nuevo los de Simeone. Un córner convertido en jugada ensayada, una pelota metida al área por el interior francés y una tocadita extraña de Saúl que acabó con la pelota dentro de la portería cadista. Con todo, aún hubo tiempo para el siguiente contratiempo antes de acabar el primer tiempo. Con el reloj marcando la hora, una pelota tocó en la mano de Koke, apoyada en el césped en el interior del área. Gil Manzano no dudó en señalar el penalti. El VAR le invitó a reconsiderar la situación. Mano apoyada en el suelo no es penalti. Rectificación, susto y descanso.

En la segunda mitad, las cosas se pusieron de cara muy pronto para el Atleti. Lemar sufrió penalti recién iniciado el partido y Suárez convirtió su doblete para poner tierra de por medio en el marcador. Con la tranquilidad del tercer gol, el Atleti jugó a placer, posesiones largas, a un toque, la pelota de un lado a otro, los interiores por dentro, los laterales doblando por fuera, y acabando en remates de área. Hubo preciosismo y falta de contundencia en esa fase, en la que los visitantes podían haber resuelto definitivamente el encuentro, sin embargo, se encontraron con nuevas dificultades.

Los centros laterales

El Cádiz encontró una fisura en los centros laterales. Pelotas desde la derecha por Salvi mostraron la horrorosa tarde que tenían los tres centrales rojiblancos. Negredo las ganaba todas y la sensación de peligro se culminó cuando un remate en semifallo del delantero vallecano puso el dos a tres en el marcador. Entonces, los de Álvaro Cervera se afanaron en su plan: centros laterales buscando la inusitada debilidad por alto de la defensa del Atleti. Entró Saponjic y tuvo en una de esas pelotas el empate, Negredo prolongó uno de los innumerables centros y el ex del Atleti remató a bocajarro ante Oblak, que atajó.

Simeone había metido en el campo a Lodi y Vrsalkjo para reforzar los laterales y también a Correa, Kondogbia y Herrera. Sufría el Atleti por la incertidumbre del marcador cuando Correa agarró una pelota en la frontal, se metió en el área y puso una pelota para que Koke rematase a placer el gol, el partido, la victoria. 50 puntos que marcan una Liga extraordinaria. Máximo goleador, equipo menos goleado, cuenta con el Pichichi y el Zamora, con diez puntos y un partido menos sobre su primer perseguidor. Con todo, nada de eso es lo mejor, lo mejor es la sensación de invulnerabilidad que transmite un equipo que cada semana ofrece un registro nuevo, una variante que nadie había imaginado. Todos están al servicio de la idea, que ha permanecido invariable en el tiempo. Lo que importa es el equipo.

Foto: Getty Images

Autor: José Luis Pineda

Colchonero. Finitista. Torrista. Nanaísta. Lector. Escribidor a ratos. Vivo en rojiblanco.

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