Yo solo entiendo del Atleti

Corría el minuto 80 cuando Koke tomó la decisión de retrasar el balón para, posteriormente iniciar la jugada por otro costado. Ante esa acción, parte del Metropolitano silbó al canterano y capitán. No fue una pérdida de pelota que desembocó en un gol rival. Tampoco un intento de regate fallido o un balón al espacio que acabase saliendo por la banda, fue únicamente un balón atrás. El partido acabó con victoria rojiblanca, una más en los minutos finales, que mantiene unos números decentes a estas alturas del campeonato: De los últimos quince puntos hemos conseguido diez. Los números están ahí, para quien quiera y sepa interpretarlos.

Gran parte de la hinchada rojiblanca salió aquella noche del estadio exultante. El gol de Mario Hermoso había causado el delirio en un partido loco que, como bien apuntan muchos, nos recordó a otra época. Con estas sensaciones y resultados el aficionado rojiblanco mira al inicio de esta semana la tabla y se da cuenta de algo: Es la peor temporada desde que Simeone cogió las riendas del Club y, aun así, estamos a 4 puntos (con un partido menos) del objetivo de la temporada. Los números están ahí, para quien quiera y sepa interpretarlos.

Resulta que, desde cierto sector, que la pasada campaña no perdonó ninguna semana para recordar a todos los colchoneros que la Liga estaba ganada, este año se hace mutis sobre el mismo tema. Algo inusual e inexplicable puesto que, esta temporada, la ventaja del líder con respecto a sus históricos rivales es aún mayor que la pasada. Ahora el debate, el discurso o la chirigota televisiva es otra: La mejor plantilla de la historia del Atlético de Madrid. Cuesta creer que pese a que el tema es más repetitivo y tiene más episodios que La Que Se Avecina, muchos aún sigan picando como moscas atraídas por la luz. No voy a ir a lo fácil y a preguntarme porque si tenemos mejor plantilla que el duopolio, los mismos periodistas que hoy encumbran a los nuestros y exigen a Simeone pelear la Liga, coronar el Tourmalet en solitario o ganar Roland Garros con Lemar atado al tobillo, suelen tirar más por el contrario en esas chabacanas “quinielas” sobre plantillas. Me voy a centrar, y voy a preguntarte a ti, amigo lector, cuantos de los actuales futbolistas del Atlético de Madrid serían titulares en aquel famoso y legendario plantel que ganó un campeonato liguero y se presentó en una final continental en Lisboa en 2014, ¿Cuántos? ¿Quiénes? Los datos están ahí (y la hemeroteca) para quien quiera y sepa interpretarlos.

Siempre he odiado la figura del aficionado “exigente.” Ese tipo que acude semana tras semana al estadio con la misma actitud que quién cumple una penitencia. Esa persona que tiene la certeza de que los once futbolistas que hay sobre el césped le deben algún tipo de espectáculo. Ese que ya no se conforma con únicamente ganar, si no que quiere regates, ruletas, bailes extravagantes y espectáculo porque “para eso pago.”

El sábado, cuando toda la atmosfera era pesimista y el run run empezaba a ser un hecho, alguien cogió un megáfono y enganchó a cuatro o cinco más. Ese cántico continuo que salía de las cuerdas vocales, pero brotaba desde la cabezonería, fue contagiando a más y más gente. Todo lo demás es historia.

No creo en puntos de inflexión, en golpes morales y en rebotes hacia arriba. No creo en golpes de timón o en cambios de dinámica, yo solo sé de unidad, cabezonería y pelea. O lo que es lo mismo: Yo solo entiendo del Atlético de Madrid.

Foto: atleticodemadrid.com

Autor: Marcos Martín

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