Todo apunta a que Diego Pablo Simeone firmará un nuevo contrato con el Atlético de Madrid. El técnico argentino, que finaliza su vínculo actual con el club rojiblanco en junio de 2020, prolongará en los próximos días su relación contractual con la entidad colchonera. Poco se sabe de la duración del nuevo contrato, aunque lo más probable es que el ‘Cholo’ termine superando la década en el banquillo del Atleti. Lo más destacado de la futura renovación llegaría en el sustancial aumento de su salario. Así, Simeone pasaría de los 15 millones de euros netos por la temporada a 25, colocándose en la escala salarial por encima de Antoine Griezmann, que percibe 23 millones limpios por campaña.
El notable incremento de los emolumentos de Simeone ha despertado el recelo y las críticas de muchos de sus detractores. Aludiendo a sus ‘quejas’ en torno al presupuesto del Atlético de Madrid en comparación con el de los trasatlánticos del Viejo Continente, los más críticos no entienden que el ‘Cholo’ pase a ser uno de los técnicos mejor pagados del planeta fútbol. Sin embargo, los números avalan los merecimientos del argentino. En la temporada 2011-2012, cuando Simeone desembarcó en el Atlético de Madrid, el club ni siquiera contaba con un patrocinador principal y aprobó un presupuesto de 129,8 millones de euros. Siete años después, el Atleti es un club de referencia a nivel mundial y ha aprobado el presupuesto más elevado de su historia: 403 millones de euros.
La era Simeone ha supuesto un incremento del 310% en el presupuesto del Club Atlético de Madrid. Esto ha permitido que la entidad madrileña haya conseguido fichar a jugadores de primer nivel, retener a sus grandes estrellas, atraer a multimillonarios accionistas, batir su récord de socios y crecer masivamente como marca en el plano deportivo y comercial. No obstante, ese crecimiento exponencial no ha servido para reducir las diferencias en el plano económico con la élite europea. De hecho, cuando llegó Simeone, la diferencia presupuestaria entre Atlético y Barcelona era de 331,2 millones. Hoy en día se sitúa en los 527 ‘kilos’, después de que el cuadro culé aprobara un presupuesto récord en septiembre: 930 millones de euros. Le sigue de lejos el Real Madrid, con un presupuesto que supera los 700 millones de euros.
Actualmente, el Atlético de Madrid ocupa el 12º lugar en el ranking de presupuestos de Europa. Todos los grandes de las Ligas más prestigiosas del continente superan al Atlético en el plano económico. Pese a ello, Simeone ha logrado mantener a los colchoneros en lo alto del balompié internacional durante todo su periplo como entrenador rojiblanco. Su magnífica labor a los mandos de la nave atlética no ha pasado desapercibida entre los más poderosos. En una entrevista concedida al diario AS en 2017, el ‘Cholo’ admitió haber tenido “35 millones de razones” para abandonar el Atleti tras la final de Milán. Ni siquiera esa suculenta oferta procedente de París sedujo al argentino, que se ha mantenido fiel a la escuadra rojiblanca aun sabiendo que, fuera de Madrid, le ofrecerían el cielo.
Pero el vínculo creado entre Simeone y el Atlético se ha convertido en una simbiosis perfecta. Ya lo fue como jugador, pero se ha potenciado más si cabe como entrenador. Su figura acapara todos los registros. Es el técnico más laureado de la historia del club, posee el mejor porcentaje de victorias, las mejores puntuaciones en la Liga, los mejores registros de goles a favor y de goles en contra… Solo dos grandes desafíos se vislumbran en el horizonte del ‘Cholo’. Uno es el registro de Luis Aragonés como entrenador con más partidos en la historia del Atlético (612), cifra que todavía se antoja lejana para el argentino, que ostenta 397 partidos como preparador colchonero. El otro reto es ampliamente conocido por todos los atléticos. La sombra de la Champions todavía acompaña al bonaerense, que no quiere abandonar la disciplina rojiblanca sin llevar a su Atleti a la cima continental. Lo logre o no, lo cierto es que una realidad parece evidente en el futuro colchonero: hay ‘cholismo’para rato. Festejémoslo.