Me niego a que sea otra despedida. Me niego a que se vaya. Me niego a ver cómo una estrella rojiblanca se apaga para siempre. Tras esta temporada, no volveremos a ver a ese rubio con pecas vestido de corto con nuestra camiseta. Su camiseta. Tras estos meses, el número ‘9’ volverá a llorar la marcha de su dueño y, a partir de ahí, se acabará la realidad y nacerá la leyenda atlética: Torres nunca se irá.
El ‘Niño’ nunca se marchará porque, entre otras cosas, fue quien ilusionó a miles de jóvenes cuando al Atleti le pintaban la cara en cada campo de Primera División. Nunca se irá porque fue quien tuvo las suficientes ‘pelotas’ para coger el brazalete de capitán con tan sólo 18 años. Cuando todos tenían miedo. Nunca le olvidaremos porque fue Luis Aragonés quien apostó por él y a los sabios nunca se les lleva la contraria. Nunca se irá porque mantuviste viva la ilusión. Nunca olvidaremos cómo estalló el Calderón cuando le marcó al Real Madrid. Nunca perderemos la imagen de verle besar el césped de nuestro templo, ni la del abrazo con Briñas tras meter 100 goles. Y, por supuesto, nunca se irá porque es el mejor ejemplo que un canterano del Atlético de Madrid puede tener.
Ha decidido que ha llegado su momento y lo entendemos. No hace falta que se justifique. Ahora toca disfrutar de uno de los futbolistas que más ha honrado a nuestro club, a un chico que defendía las rayas rojas y blancas desde cualquier parte del planeta, a un jugador que puso una bufanda del Atleti a una dorada copa del mundo. Y ya sólo queda esperar, aguantar esta muerte lentamente, pero disfrutando. Hay que llenar el Metropolitano cada domingo, hay que verle devorar estos últimos minutos de vida, hay que ver cómo marca sus últimos goles. Llega el verdadero final y a muchos se les escapará una lagrimita al verle decir adiós. O varias.
Quizá el destino sea caprichoso y quiera que el ansiado título llegue en su última temporada, en Lyon. Quizá el recuerdo de esa final perdida en 1986 se cambie por la imagen de Fernando Torres alzando la Europa League a lo más alto de la ciudad francesa. Quizá éste es el final con el soñaba un humilde chico de Fuenlabrada. Quizá ese niño no llegó imaginar que llenaría el Vicente Calderón en su presentación. Quizá no se vaya nunca y se haya convertido en una leyenda del Atlético de Madrid. Te queremos, Torres. Nunca te vas a ir.
11 abril, 2018
me da mucha pena Torres, le vi debutar en el 1er equipo.todo llega en esta vida. Ojala, se vaya con.el.titulo q le falta. FORZA ATLEETI