Por mucho que llame pelotudo a Simeone o que maldiga en hebreo cada vez que le cambian, la realidad es que la efectividad de Suarez no es la misma que la temporada pasada. El año pasado, cada vez que un partido se atascaba, que pasó de manera habitual el uruguayo siempre se sacaba un gol de la chistera para darnos un título, pero este año sus registros no están al mismo nivel.
Lo mismo ocurre con el otro goleador más importante de la pasada temporada, Marcos Llorente, al que tanto por las lesiones, como por la posición de lateral donde ha estado jugando que le supone mucha menos incidencia en el juego ofensivo, su casillero anotador todavía no se ha inaugurado.
El profe Ortega ha conseguido que el tío que más se cuida del mundo se haya lesionado ya dos veces este año, pero la posición en la que le pone Simeone para suplir las bajas de Trippier no ayuda a que aparezcan los goles salvadores que aportó la pasada temporada.
Solo Griezmann está permitiendo salvar un poco los muebles, pero ni Correa, al que la falta de minutos en continuidad le está impidiendo anotar los goles clave de final del año pasado, ni Suarez, al que se le está notando un año más nos permiten soñar esta temporada