El Valencia actual es una moneda al aire que lo mismo le gana al Real Madrid cuando nadie lo espera que se ve de nuevo mirando a los puestos de descenso tras dos malos resultados. No se sabía muy bien qué versión llegaría al Calderón pero el Atlético de Madrid, a estas alturas de la temporada, con la Real Sociedad pisándole los talones por la última plaza Champions no tenía demasiado tiempo para pensar, ni para especular con el pie con el que se hubiera levantado el rival, así que los de Simeone salieron desde el minuto uno con la determinación que requería el partido para poder llevarse la victoria. Y no hubo dudas y fue pareció más fácil de lo que tal vez lo fuera.
Simeone dio continuidad a un once tipo que va dibujándose en este tramo de la temporada, con la única excepción de que en defensa apostó por una pareja inédita: Savic-Lucas, que fueron solventes en las pocas veces que el Valencia les exigió intervenir. El Atlético salió intenso, dejando claro qué equipo estaba jugándose los cuartos en aquel partido. El Valencia puso cinco atrás y trató de pertrecharse pero curiosamente el Atlético le abrió la herida en un contragolpe digno de manual. Tres toques y Koke asistiendo a Griezman que se interna en el área y fusila cruzado a Alves. Ahí empezó a morir el partido.
Los laterales rojiblancos eran aviones de combate penetrando por los costados valencianistas. El partido de Filipe y Vrsaljko, que cada vez va mostrando su mejor cara, era un ida y vuelta constante. Griezmann restrasó diez metros su posición para distribuir todo el ataque rojiblanco y Carrasco y Gameiro ponían en solfa a la defensa valencianista con su velocidad. Solamente el eterno conflicto de Gameiro con el gol posibilitó que el partido llegase con vida al descanso.
Tras el intermedio, los colchoneros no dieron opción al Valencia para resarcirse. En la primera jugada tras la reanudación, Gameiro, con la ayuda de Mangala que desvió ligeramente el balón, logró por fin batir a Alves y ahí el partido terminó. Faltaba un mundo pero los valencianistas, que ya habían mostrado que su moneda al aire había salido cruz, bajaron los brazos rápido para confirmar la pésima imagen que dieron durante todo el partido y sólo la ineficacia goleadora del Atlético en general y de Gameiro en particular, les libraron de una goleada histórica. El centro delantero francés tuvo dos mano a mano que desperdició, Gaitán, que salió sustituyéndolo, mandó por encima del larguero una excepcional jugada personal en el borde del área pequeña, Carrasco también tuvo el gol cerca, pero fue el que está tocado con la varita, Griezmann, quien culminaría otro contragolpe a pase de Thomas para cerrar el resultado y un partido sin historia. El Atlético suma y sigue en su pelea por los puestos de Champions.
Foto: clubatleticodemadrid.com