No me vengan con cuentos

La semana pasada los dirigentes del Atlético de Madrid tuvieron, sin quererlo, un referéndum en el que la afición se posicionaba en el eterno debate escudo/logo. No habían abierto aun cuando la tienda del Metropolitano ya presentaba colas. Fueron muchos los que durante todo el día pasaron por las distintas tiendas que el Atlético de Madrid tiene en la comunidad de Madrid, hasta tal punto que, a última hora de la tarde, podía leerse cierto cartel en uno de los establecimientos oficiales anunciando que todas las prendas de cuarta equipación habían sido vendidas.

Las imágenes de gente saliendo con bolsas llenas, para que ninguno de los suyos se quedase sin camiseta, dieron la vuelta al mundo. Los mensajes en redes sociales anunciando colapsos en la página web rojiblanca eran motivo de regocijo y orgullo para una hinchada que ha vuelto a recordar a la dirigencia que el sentimiento está por encima de cualquier negocio.

Cinco años después de la premonición anunciada por cierto diseñador, la afición del Atlético de Madrid sigue prefiriendo el escudo que representaba a la entidad desde 1947.

El sábado, después de varios días anunciando a bombo y platillo un fin de ciclo y dando voz a una “hartada” afición atlética, Diego Pablo Simeone se llevó una de las ovaciones más sonoras y sinceras que se recuerdan en la joven historia del Metropolitano. Parecía imposible. La gran mayoría de asistentes al Metropolitano aquella noche auguraban un día raro y a un público que iba a dictar ya su sentencia. Para sorpresa de quienes aguardaban en los alrededores deseosos de carnaza, el Atlético de Madrid dio la vuelta a un partido que ellos mismos habían tirado en la primera parte. Lejos de reproches, peticiones de cabezas o insultos varios, los socios rojiblancos salieron del estadio eufóricos y renovando los votos de la fe Cholista.

La semana pasada el cuento se les cayó a muchos. La masa social atlética puso del revés el relato que se venía dando desde distintos foros a dos debates que están muy presentes en el día a día. Los socios rojiblancos volvieron a demostrar que por mucho que les cuenten que lo del fondo son gigantes, ellos ven molinos. Que, si te gusta, bien y que si no te apartes y busques un sitio en otro lugar. Y no, no le vengan con cuentos a quienes han vivido muchas historias.

FOTO: IMAGO

Autor: Marcos Martín

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