No hay un negocio que trate peor a su clienta que el fútbol de las SAD, no es que ya no se trate al aficionado como aficionado, sino que ni siquiera se le respeta como cliente, el ninguneo y el desprecio es constante. Casos hay muchos, pero más flagrantes que el del Atleti hay pocos donde se ha cambiado el estadio y el escudo sin interesarse en saber que opinaban los hinchas.
Por regla general los dueños de las SAD solo se acuerdan de sus aficionados y empiezan a hacer guiños a la pasión, el sentimiento y los valores del club cuando los ingresos económicos peligran. Así cada año, el equipo que corre el riesgo de descender, con la ruina económica que supone, empieza a montar videos apelando al esparto de la hinchada, el sentimiento único, la fidelidad, con la única intención de llenar los estadios y conseguir el apoyo que lleve al club evitar la ruina económica de la perdida de categoría.
Pero circunstancias excepcionales e imprevistas, también pueden ver tambalearse las arcas del club, una epidemia como la del Covid19, puede suponer un agujero importante en las arcas, ya que tener que jugar a puerta cerrada puede suponer una pérdida de entre el 12% y el 18% de los ingresos anuales de un club, algo que para un equipo sin deuda no es demasiado problema, pero para los que están muy endeudados, como el caso del Atleti, puede suponer un pozo insalvable.
Por ello, hemos podido comprobar, que en los últimos meses, una de las medidas estrella del club ha sido cambiar el Comunity Manager. Las cuentas de redes sociales han pasado de ser manejadas por una persona de origen chino a alguien atlético, los mensajes han pasado de ser meramente informativos, a puro sentimiento, ¿quizás el club prepara alguna idea para que sigas pagando el abono o parte de él, para fortalecer el vínculo?
Foto: Getty Images
6 mayo, 2020
El negocio del Atleti SAD solo gira en torno a los bolsillos de la dirigencia, si engordan, el negocio sigue, si no, el negocio acaba. Es condición «sine qua non».
Lo demás, es decir, futbolistas, técnicos, trabajadores, afición, etc. es simple decorado.
Eso lo sabemos desde hace mucho tiempo, pero la mayoría de la afición mira para otro lado, porque lo único que quiere es que no le priven de poder ver jugar a su equipo. La pandemia ha puesto la realidad frente al espejo y surge una pregunta:
Ante una posible desaparición del club (inviabilidad lo llaman eufemísticamente), los dirigentes, que han ganado millones gracias al Atleti, ¿van a devolver esos millones para salvar al club en un acto de amor a sus colores?.
El aficionado, que ha permitido este sistema perverso de negocio, ahora no se puede quejar, porque no ha movido un solo dedo para evitarlo, ha preferido por contra, que le regalen los oídos con la propaganda.