Nada podrá manchar la leyenda Koke

El Atlético de Madrid vive días convulsos. No sé si tan exagerado o si es cosa de mi dramatismo, pero son momentos de incertidumbre e inestabilidad. Se ha visto con lo que sucedido en los despachos en el verano; con lo que sucede en el campo y un mal arranque de temporada; y con las historias extradeportivas sobre un posible fin de ciclo de Simeone, los líos del derbi o la última de Rodrigo de Paul y su ‘escapada’ a Miami.

Sea como sea, esté el horno para más o menos bollos, el Atlético de Madrid vive días históricos. Y son positivos: Koke va a convertirse en el jugador con más partidos con la rojiblanca. Y no habrá mancha, rumor, noticia extradeportiva e incluso resultado futbolístico que lo ensucie. Ni lo más mínimo.

Es más, todos los aficionados del Atlético de Madrid deberíamos estar sacando nuestro traje de las grandes citas para lo que va a vivir Koke este sábado en Sevilla. No todos los días se superará en números como atlético a una leyenda gigantesca como Adelardo. Y nosotros le hemos visto crecer: desde el primer día –como recuerda el ‘jefe’ José Luis Pineda– hasta el último partido.

Koke es de 1992; yo de 1993. Apenas me saca año y medio, por lo tanto, mi crecimiento como atlético ha sido paralelo al de Koke. Es conocido por todos la pasión de Koke como rojiblanco desde pequeño, lo que nos lleva a pensar que el actual capitán ha sufrido como toda nuestra generación un despertar futbolístico cargado de humillaciones, frustraciones, derrotas y con un descenso como dolor profundo.

Seguramente Koke haya sido de los pocos de su clase en el colegio que era del Atlético de Madrid. Eran tiempos grises para la generación de los 90. Y ahora Koke, un chico de los 90, ha entrado en el Olimpo y en lo más alto de la historia de su club. Ya ni tan siquiera menciono los títulos ganados, lo protagonista que ha sido cambiando la historia que él mismo sufría, sino que va a ser un jugador único con un récord que será muy difícil superar.

Estamos viviendo historia y los chavales de los 90, que crecimos con ese Atleti dañado y de difícil orgullo (no podíamos agarrarnos a lo futbolístico, pero sí al Estadio Vicente Calderón, a las historias de nuestros padres, al ambiente rebelde del Atleti, al escudo y a Fernando Torres y Luis Aragonés), somos parte de ella. Toda la afición del Atleti -guste o no Koke; haya tenido errores como capitán o no- está formando parte de lo logrado por Koke.

Porque Koke es uno de los nuestros, creció siendo uno de los nuestros y ha hecho historia siendo uno de los nuestros. Sea la situación del club, el lío depauliano o los resultados que sean, Koke vivirá este fin de semana algo increíble. Y nosotros estamos vivos para presenciarlo. Disfrutémoslo. Celebrémoslo. Pero, sobre todo, agradezcámoselo en una época donde lo efímero reina y donde el concepto ‘one club man’ parece imposible.

Foto: Getty Images

Autor: Marcos Martín

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