554 veces gracias

El Atleti regaló a Koke un partido a la altura de lo que conmemoraba. El capitán se convirtió en el Sánchez Pizjuán en el jugador que más veces ha vestido la camiseta del Atlético de Madrid, desplazando a Adelardo, que portaba ese estandarte desde mil novecientos setenta y seis. El partido fue magnífico, Simeone regresó a la defensa de cuatro cuando tuvo por fin a sus dos centrales titulares disponibles, Witsel ocupó la manija del medio campo y liberó en cierta medida a Koke, Cunha sustituyó con nota a Joao en la punta de ataque y todo fueron señales positivas. Nahuel por fin conectó con Llorente y éste fue el puñal de antaño en banda. Tantos partidos después, recuperó el gol, haciendo el primero, con asistencia del homenajeado. Morata se aprovechó del trabajo incansable de Cunha por detrás de él y aunque desperdició ocasiones clarísimas de gol, hizo una en el momento más adecuado para casi sentenciar el partido.

El Atleti sometió al Sevilla de principio a fin y sólo la falta de contundencia en el área impidió que aquello terminase con un resultado escandaloso. El dominio fue tan abrumador, las ocasiones tan numerosas y claras, que el Sevilla parecía un equipo juvenil desnortado y asustado por las sucesivas avalanchas que lo acometían. Lopetegui no ha podido obrar el milagro que tantas veces repitió Simeone para poder consolidar al Atleti en la élite: mantener el espíritu competitivo cuando te despojan de tus mejores hombres. De nuevo, empezar y empezar siempre de nuevo. Pero todo esto es fútbol y tal vez hoy no sea un día para hablar demasiado de fútbol.

Porque lo verdaderamente importante que sucedió en la tarde de ayer en el Sánchez Pizjuán fue lo otro, que ese niño de Vallecas al que llevaba su padre al Calderón y que entró con seis años en la cantera al rebufo de su hermano Borja, que decían que era el bueno, se convirtió en el mayor estandarte del club en sus casi ciento veinte años de Historia. Muchas cosas han pasado desde aquel debut, muchos títulos ganados, muchas derrotas amargas, muchos momentos dolorosos que Jorge Resurrección Merodio ha sabido interpretar como nadie. Resistió cuando tuvo que resistir, tuvo la paciencia cuando había que tenerla, destrozó la puerta cuando había que destrozarla, desoyó los cantos de sirena, supo siempre cuál era su lugar, con lo difícil que eso resulta a veces. Decía Federico Luppi en la famosa película que cuando uno encuentra su lugar en el mundo no quiere moverse más y Koke debió verlo claro, porque no se movió, a pesar de todo el ruido que hay siempre alrededor.

Lo verdaderamente importante anoche fue eso, la manera en que el seis corría con el campo, con la misma energía que el primer día, con la misma constancia que le ha hecho tan grande. Mirando con un ojo el balón y con el otro el resto del juego, con esa visión panorámica, ese saber estar en todos lados en el momento adecuado y preciso, que le han convertido en un jugador extraordinario. No es Koke jugador de grandes lujos pero ayer se permitió celebrar su día con la asistencia a Llorente del primer gol. Fluyó el juego a través de él, como siempre sucede, contuvo cuando había que contener, como siempre sucede, se asoció con quién y cuándo había que asociarse, como siempre sucede. Salió del campo, y la grada rival no le ofreció el aplauso que se merecía, ya saben que esto se suele dejar para otro tipo de jugadores, los que tienen detrás la maquinaria mediática, pero Koke recibió el aplauso de los suyos, los que estaban en aquella esquinita del Pizjuán, testigos directos de un momento histórico, y los que estaban en sus casas desde Madrid a Nueva York, todos, viejos y ancianos, nos pusimos en pie en ese momento para aplaudirle, para rompernos las manos en señal de agradecimiento, porque nos ha regalado aquello que siempre soñamos, alguien que siente como nosotros, alguien que piensa como nosotros. Alguien que eleva los valores con los que, los que vivimos en rojiblanco, queremos vivir. Gracias Koke, 554 veces gracias, no puedes imaginar lo felices que nos haces.

Foto: clubatleticodemadrid.com

Autor: José Luis Pineda

Colchonero. Finitista. Torrista. Nanaísta. Lector. Escribidor a ratos. Vivo en rojiblanco.

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3 Comentarios

  1. El merecidísomo omenaje a Koke de su afición, ha de producirse el próximo sábado frente al Girona.

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  2. «Siempre pones el equipo por encima de tu bien personal y eso es una de las cosas que te hace grande».
    Esta frase escrita por Saúl en una carta que le dedica a su Capitán, en su máxima expresión, hace justicia con la actitud de un profesional como Koke.
    Describe la realidad deportiva de la carrera de Koke. Las necesidades del equipo por encima de todo.
    Nunca serás un diez en muchos aspectos deportivos, pero siempre aprobaras y muchas veces estarás notable.
    Vas camino de ser un «One Club Man» y ese día todos los colchoneros aplaudiremos tu carrera deportiva.
    Y luego si Dios quiere te veremos en algún puesto dentro del club. Pero eso que espere.
    Felicidades por este récord, que según he escuchado ya lo habías batido de manera oficial. Ya que los partidos oficiales de Adelardo fueron 550.

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  3. Siempre agradecidos a nuestro capitán, siempre deseosos de todo lo que nos falta por recibir de ÉL.
    GRACIAS KOKE.

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