Dijo Tebas el otro día en una entrevista en COPE que hubo un antes y un después en el uso del VAR desde la llamada del Madrid a Rubiales, cosa que no es cierta, ya que este “antes y después” es anterior, concretamente del verano, ya que el VAR está siendo una herramienta utilizada en la guerra entre la Liga y la Federación.
Como bien recordarán ustedes hay un enfrentamiento encarnizado entre Tebas y Rubiales, entre otros muchos temas por el partido de los lunes, el de Miami, etc. Recordarán también que con motivo del partido de los lunes, Tebas convocó una rueda de prensa en la sede de la Liga, contra la Federación, en la que estuvo arropado por todos los clubes de Primera y Segunda, salvo uno, el Real Madrid, que se posicionó del lado de la Federación.
En todo esto aparece el VAR, que era una herramienta gestionada por Mediapro, empresa afín a Javier Tebas, pero que este año Rubiales decidió que debía gestionar otra empresa afín a la Federación. Blanco y el botella, el Madrid es el único que está con la Federación y Rubiales se lo agradece con esa aplicación un tanto curiosa que estamos viendo del VAR últimamente. Tebas odia a Florentino, porque es el único que le planta cara en su dictatorial manera de gestionar la Liga, y Rubiales odia a Tebas, así que utilizan el VAR como arma arrojadiza entre uno y otro.
Foto: Getty Images
6 febrero, 2020
El VAR está muy bien para cuando hay una linea por medio, pero cuando la jugada se puede discernir por la intensidad o la intencionalidad, el VAR pierde toda su credibilidad. Entra en juego el factor humano y en llegando a ese punto el arbitraje es el mismo que años antes al VAR.
Los árbitros siguen siendo vasallos y profesionales que si siguen directrices se mantienen en la primera categoría, como se desvíen les bajan en eñ escalaron y con ello el ratio de dinero que reciben.
Que un jugador como Casimiro, nos haga tres penaltis en un año y no le piten ninguno, no es por equivocación, es por acierto en no pitarlos.
Ocurre en todas las categorias. Llevando un equipo en preferente, un arbitro me dijo que nunca ganaría con él de arbitro. Y nunca gané. No necesitó pitarme penaltis en contra, le valió con manejar los partidos a su ritmo.