Era septiembre del año 2000 y como cada domingo toda la familia nos encaminábamos a ver al Atleti al Calderón. Era el primer partido en casa ese año y mi padre no dudó en decirnos “hoy no vamos a ver al Atleti, hoy vamos a estar con el Atleti, no es de ver, sino de estar al lado del equipo”.
Todos pensábamos que iba a ser solo un año, pero fue casi una década de ir a estar con el Atleti, años soporíferos de plantillas mediocres donde solo Torres, por el cariño, y Agüero, por su magia, compensaban pagar el abono.
Con Simeone estamos viviendo una de las épocas, sino la más, dorada del club, hemos competido, hemos molestado, hemos ganado muchas Copas, pero espectáculo, en el sentido de entretenimiento, hay que ser sinceros, hemos tenido a cuentagotas.
Es verdad que estamos en pretemporada y que lo importante empieza el domingo, pero vistos los mimbres, este año parece que, por lo menos a nivel de juego, vamos a disfrutar con el Atleti, que ya nos lo merecemos.